Cinco siglos después de que naciera en Gotarrendura (Ávila) una de las grandes místicas y reformadoras del cristianismo, la Iglesia y el mundo entero miran este viernes, 28 de marzo, por primera vez, el verdadero rostro de Santa Teresa de Jesús. Coincidiendo con el 510 aniversario de su nacimiento, se ha hecho pública una reconstrucción facial fidedigna de la santa, elaborada con técnicas forenses a partir del estudio de sus reliquias. Es un rostro sereno, fuerte, con rasgos descritos ya en el siglo XVI: tres lunares alineados, mirada intensa y un gesto de amable firmeza.
La emoción es palpable en lugares teresianos como Alba de Tormes o Ávila, pero también en Malagón, donde su figura dejó una huella profunda y un sendero que todavía caminan los malagoneros. Fundó aquí el tercer convento de carmelitas descalzas en 1568, y fue una de las fundaciones que más satisfacciones le trajo. "Estaba toda mi alma en esta casa", escribió en sus cartas. No es de extrañar que Malagón mantenga una especial devoción por la reformadora carmelita.
"Para nosotros ha sido una alegría enorme. Es como si por fin conociéramos en persona a quien tanto admiramos", comenta emocionado Alberto Monteagudo, Cofrade Mayor de la Cofradía de Santa Teresa de Jesús en Malagón. "Durante siglos hemos tenido imágenes idealizadas. Hoy, gracias a la ciencia, le ponemos cara a Teresa de Jesús, y es una cara que transmite vida y fe", relata.
Museo e imagen de Santa Teresa de Jesús en Malagón - Foto: Rueda VillaverdeLa recreación ha sido realizada por la científica australiana Jennifer Mann, que detalló un meticuloso proceso de reconstrucción: estudio de la mandíbula, esculpido en barro, interpretación de las proporciones faciales… Todo ello, guiado por descripciones históricas, como la que hizo su contemporánea Sor María de San José. La imagen muestra a Santa Teresa con unos 50 años, sin arrugas visibles, como la propia científica la ha definido: "vejezuela sin arrugas".
Monteagudo destaca que este trabajo permite humanizar a la santa y conocer más sobre su salud y su vida física: "Sabemos ahora que tenía cifosis, desgaste óseo, problemas en los talones y una dentadura muy deteriorada, con solo dos piezas visibles en el cráneo. Esto se alinea con sus propios relatos de dolor y enfermedad, y reafirma su fortaleza espiritual frente al sufrimiento", señala.
Pero este aniversario no se queda en la contemplación. La devoción se traduce en acción. En mayo, los restos de la Santa serán venerados públicamente en Alba de Tormes, donde se conserva su sepulcro. "Nosotros iremos desde Malagón. Llevamos ya dos autobuses completos, 114 personas, para rendirle homenaje", asegura Monteagudo. "Es un momento histórico y queremos estar presentes", apostilla.
Museo e imagen de Santa Teresa de Jesús en Malagón - Foto: Rueda VillaverdeCarmelo Rodríguez, Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen del Carmen de Ciudad Real -encargada de organizar la procesión de Santa Teresa de Jesús cada mes de octubre-, ha vivido con emoción la revelación del verdadero rostro de la Santa. "Me ha parecido el mismo que yo me imaginaba: un rostro sereno, lleno de paz, con un gesto de amabilidad", confiesa.
Aunque no pudo seguir el acto en directo por motivos laborales, recalca la impresión que le ha causado verlo después en redes sociales. Rodríguez lamenta que Santa Teresa "no esté reconocida como debiera" y asegura que, desde la hermandad, seguirán trabajando "por sacarla a la calle y alumbrar su camino", manteniendo viva su figura en la devoción popular ciudadrealeña "y dándoles esa muestra de apoyo a las hermanas carmelitas".
Durante el acto de presentación del rostro, celebrado en Alba de Tormes, se unieron ciencia, fe y emoción. "La imagen de Teresa no es sólo un testimonio físico, sino también de fe", dijo el padre Miguel Ángel de la Madre de Dios, prior del convento de Alba de Tormes. El acto simbólico concluyó con el himno del V Centenario y un agradecimiento general a quienes han hecho posible este reencuentro con el pasado.
La relación con Malagón
Santa Teresa de Jesús llegó a Malagón en 1568 con el firme propósito de fundar el tercer convento de carmelitas descalzas, en plena expansión de su reforma del Carmelo. La fundación en esta villa manchega no fue casual: contó con el decidido apoyo de doña Luisa de la Cerda, dama de gran influencia y ferviente admiradora de la Santa, quien facilitó la casa y los medios para establecer el convento. La propia Teresa reconoció el valor espiritual de esta fundación y expresó en varias ocasiones su satisfacción con la comunidad que allí surgió. Fue en Malagón donde la Santa halló uno de los climas más propicios para llevar adelante su ideal de vida austera, contemplativa y reformada.
El convento de San José de Malagón se convirtió, con el tiempo, en una de las fundaciones más queridas por Teresa de Jesús y en el único de nueva planta diseñado por la Santa. En sus escritos, dejó constancia del afecto que le unía a esta casa y a sus religiosas, a quienes llamaba con ternura "mis hijas". La tranquilidad que encontró en Malagón, junto con el entusiasmo de las monjas y el entorno favorable, hizo que esta fundación fuera para ella un auténtico remanso en medio de su agitada vida. Todavía hoy la huella de Santa Teresa de Jesús permanece viva en la localidad malagonera, y lo hace más allá del convento, porque la devoción popular que se mantiene cinco siglos después es "muy reseñable", afirma Monteagudo.
Santa Teresa, la mujer que hablaba de tú a tú con Dios, doctora de la Iglesia y fundadora de los carmelitas descalzos, vuelve en 2025, más de quinientos años después de su nacimiento, a mirar al mundo a través de los ojos de la historia y de la devoción popular.