Un procés en modo de espera

Roger Mateos (EFE)
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La crisis del coronavirus relega a un segundo plano la agenda política territorial del Govern, una situación que según los líderes de los partidos en la región enfriará el independentismo

Un procés en modo de espera - Foto: Rubén Moreno

No hay ahora mismo otra prioridad en las agendas de los líderes políticos catalanes que no sea capear el peor temporal sanitario de la Historia reciente del país. Y se extiende la idea de que ya nada volverá a ser igual en Cataluña.

Justo antes del estallido de la crisis del coronavirus, Cataluña se encaminaba hacia la recta final de una legislatura marcada por las condenas a prisión de nueve líderes independentistas, una mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno de Pedro Sánchez que empezaba a calentar motores y una inhabilitación del president Quim Torra pendiente de confirmar por el Tribunal Supremo.

Pero ahora, ¿en qué medida cambiará todo eso por la crisis del coronavirus? Estos son los posibles escenarios que se barajan.

sin hoja de ruta

En los últimos años, los detractores del independentismo solían denunciar que el procés se había convertido en el monotema; hoy, con la curva de fallecimientos en trágico ascenso, no hay espacio en la agenda política para otro tema que no sea la pandemia.

Volcado desde hace dos semanas en la gestión de la crisis, Torra centra ahora «todos sus esfuerzos en combatir la propagación del COVID-19» y en paliar los «efectos devastadores que tendrá en todos los sentidos: para la salud pública, para la economía y para el bienestar social y emocional de la sociedad», afirman fuentes del entorno del presidente. «Es nuestra máxima preocupación y dedicación. El resto, ya se verá», añaden. 

cambio de eje

Desde el inicio del proceso soberanista, el debate político catalán ha estado dominado por el eje nacional, en torno al derecho a la autodeterminación. ¿Va a provocar el coronavirus un cambio de eje?

Para la portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Lorena Roldán, «Cataluña lleva muchos años sin afrontar desafíos sociales de vital importancia» que ahora se verán acrecentados», así que «en los próximos meses la prioridad número uno será resolver esta situación».

El líder de JxCat en la Cámara catalana, Albert Batet, cree que no es momento de abordar cuál será el futuro contexto político.

Mientras, el presidente del grupo de ERC, Sergi Sabrià, apunta que «tras esta crisis humanitaria, nada volverá a ser lo mismo, el paradigma debe cambiar».

Para Miquel Iceta (PSC) «hay cuestiones que deberán recuperar el primer plano», como «fortalecer el sistema de salud pública».

La líder de los comunes, Jéssica Albiach, señala que «aún es pronto» para saber qué cambiará, aunque, ante la «crisis de grandes dimensiones» que se avecina, harán falta «gobiernos valientes, que se pongan al lado de la gente». Desde la CUP, Carles Riera entiende que el eje de las políticas sociales «gane una gran centralidad».

También el presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, intuye una variación: «Es evidente que la economía recuperará su posición».

secesionismo, aparcado

Lorena Roldán recuerda que Cs siempre dice que «hay que pasar página del procés, una etapa negra», y espera que ahora las demás formaciones «dejen de distraerse con otras cuestiones. De la misma opinión es el popítico popular, que entiende que «lo lógico» sería que el procés quedase ahora orillado.

Por el contrario, Batet, Sabrià, Albiach, Riera e Iceta creen que aunque «el futuro político es difícil de predecir y nadie sabe aún todas las consecuencias de la pandemia», como señala el político de JxCat, la crisis sanitaria «no le pone punto y final» al procés, apunta el socialista.

Sabrià va más allá y afirma que el virus no debe atenuar el debate soberanista: «Tenemos clarísimo que solo podremos ayudar a la sociedad catalana desde una república independiente, y no renunciaremos nunca a ella».

la mesa de diálogo

El 26 de febrero, en La Moncloa, los equipos negociadores de la Generalitat y del Gobierno activaron la mesa de diálogo para buscar una solución política al conflicto catalán; pactaron reunirse una vez al mes, pero el encuentro previsto para marzo ya no se va a celebrar.

A juicio de Roldán, Sánchez ya no debería «volver a sentarse en esa mesa», en la que «el separatismo solo persigue privilegios para ellos». 

Desde ERC subrayan que la existencia de presos independentistas es razón suficiente para «retomar la mesa sí o sí». Mientras que Iceta pone en valor unos encuentros de diálogo que permita «recuperar los acuerdos en Cataluña». 

Albiach entiende que «habrá que recuperar la mesa» para resolver el «problema». En el lado contrario se encuentra Riera, que solo contempla este foro para llegar al referéndum y a la autodeterminación.

Para Fernández, la mesa solo sirve para negociar los Presupuestos de Pedro Sánchez.