Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


Montero versus Montero: cosas veredes, amigo Sánchez

08/04/2025

La aclamación de Irene Montero, ex ministra de Igualdad de Pedro Sánchez y hoy enemiga del propio Sánchez, como candidata de Podemos en unas futuras elecciones generales nos abre una interesante panorámica política. Porque, probablemente más que Junts, que anda siempre debatiéndose entre el sí y el no y que todo lo hace depender de la amnistía a su líder Puigdemont, creo que es Podemos quien con mayor posibilidad acabará derrocando a Sánchez retirándole cualquier apoyo si tiene la oportunidad.

De momento, tanto la señora Montero (doña Irene) como su teórica jefa política, Ione Belarra, no se privan de calificar al presidente del Gobierno de 'señor de la guerra' y otras lindezas. Porque son los 'morados' los que quieren ser, y no Sumar, y menos el PSOE, los verdaderamente 'rojos' y eso significa, ya sabemos, estar contra los gastos militares, que hoy son el eje de todas las políticas.

Así que Sánchez tiene dos quebraderos de cabeza que se apellidan Montero: uno, o una, es doña Irene, ya digo, que cuenta con cinco escaños en el Congreso que, en un momento clave, podrían retirar su apoyo al Gobierno; a Podemos, al fin y al cabo, le da igual que haya ahora elecciones o incluso preferiría que las hubiera, para que Sumar acabase de hundirse del todo.

El otro quebradero llamado Montero es doña María Jesús Montero, a la que, por acumulación de funciones que no puede ya desempeñar de tan pluriempleada, tiene el inquilino de La Moncloa que buscar una salida. Entre otras cosas, porque los nuevos tiempos internacionales, que despeñan Bolsas y suscitan rearmes, que precisan presupuestos en Defensa y unidad por encima de diferencias de bandos ideológicos, exigen más consenso nacional entre las fuerzas dispares, y la señora Montero (doña María Jesús) podría pasar por cualquier cosa menos por conciliadora.

Así que entre los no pocos problemas que aquejan a Sánchez, volando hacia Vietnam y China cuando esto escribo, uno se llama Montero y otro, también. Y no sabría decirle a usted cuál de los dos 'Monteroproblemas' es más complicado de resolver: Podemos está en una guerra a muerte con Sumar por captar el voto, y resulta que Sumar sigue siendo la coaligada del PSOE en el Ejecutivo. Así que me parece que la señora Montero (doña Irene) está en la guerra contra Moncloa, aunque ella se declare pacifista.

Y, del otro lado, las encuestas más imparciales dicen que la 'otra' Montero, la ministra de Hacienda y vicepresidenta primera del Gobierno, se estrellará irremisiblemente en Andalucía, porque lo de colocarla allí como candidata ha sido, ya casi puede asegurarse, una operación fallida. Sin contar con que la aún 'número dos' del Ejecutivo -no creo que dure mucho en el cargo, o no en todos los cargos, al menos- significa, ya digo, un factor de tensión política que, me parece, ahora Sánchez no se puede permitir. No estoy del todo seguro, incluso, de que la señora Montero (doña María Jesús) acabe enfrentándose en las urnas al señor Moreno (don Juanma), que, dicen las encuestas, arrasaría en tierras andaluzas frente a la peculiar rival socialista.

Yo diría que algunas cosas veremos y oiremos tras el viaje de Sánchez a Pekín que definirán mejor el panorama, que supondrán una cierta aproximación de posiciones entre PSOE y PP, y que servirán para aislar más a Vox 'trumpista' -aunque ciertas encuestas le muestren ahora subiendo en el aprecio del electorado-. Y creo adivinar que serán medidas y pasos que, en definitiva, traten de ajustar la loca política nacional al flamante panorama internacional que se va diseñando por culpa de los vientos de insania que nos llegan del nuevamente salvaje Oeste. Y es que lo que se está viendo aconseja, para sobrevivir políticamente, un giro brusco de timón. Remedando la frase falsamente atribuida al Quijote, 'Cosas veredes, amigo Sánchez, que farán fablar las piedras'. Lo dicho: veremos. Y oiremos hablar a las piedras.