Los bolsillos de los ciudadrealeños soportan, en el último año, la segunda mayor subida de precios de la alimentación de todo el país. Solo en Vizcaya sube más la cesta de la compra. Allí el seis por ciento, aquí, el 5,9. Es un punto y medio más de lo que sube el valor de los alimentos, de media, en el conjunto del país, donde la alimentación se moderada con un alza del 4,4 por ciento en el último año.

Lo que más sube, otra vez, el aceite. En un año se ha encarecido casi un 50%. El 48,3%. Además, también se ha revalorizado, por encima del 10 por ciento, la carne de ovino y la fruta fresca, con incrementos también notables en los últimos doce meses del pescado y el azúcar. La buena noticia es que hay productos, como la carne de ave, la leche, o las legumbres, que ahora cuestan menos que hace un año.

Esa evolución de los precios de la comida hace que el IPC ciudadrealeño acabase mayo con un aumento del 3,9 por ciento en el último año. Es una décima más que en abril y la tasa de inflación más alta en la provincia en más de un año. En febrero de 2023 el IPC se situaba en el 6,8 por ciento. Porque además de los alimentos ahora cuesta más pagar paquetes turísticos y, sobre todo, la luz y el gas. La factura energética de los ciudadrealeños se ha acelerado en los dos últimos meses con una subida interanual, en mayo, que llega al 8,8 por ciento. Desde octubre de 2022 no se encarecía tanto esa factura y lo hace después de que a inicios de este año se empezaran a retirar las medidas fiscales que activó el Gobierno para aliviar a las economías domésticas los recibos de la luz y el gas. 

También se notó en mayo la evolución del precio de las estaciones de servicio. Aunque el conductor ciudadrealeño acabó pagando menos que a inicio del mes por la gasolina y el gasóleo, si se compara cómo estaban los precios de los carburantes hace un año, sale perdiendo. Lo que el INE llama 'utilización de vehículos personales' subió en 12 meses el cinco por ciento, casi tanto como lo que subió la inflación en  los restaurantes y hoteles, con un aumento de sus tarifas del 3,9 por ciento. Solo bajó, una décima, el precio de las telecomunicaciones; y cuatro décimas el precio de la ropa.