La provincia de Ciudad Real se encuentra en una situación de preaviso por la fiebre del Nilo Occidental ante la proximidad de la enfermedad que ya ha dejado un caso en un animal, un caballo de la comarca de Almadén. Además ha habido un fallecido en Extremadura, ocurrido a pocos kilómetros de la provincia y cerca también de la comarca de Talavera de la Reina.
Se trata de un preaviso que solo implica una situación de vigilancia sanitaria en varios municipios, donde la Dirección General de Salud Pública ha enviado cartas a los consistorios para pedirles que estén atentos ante picaduras de mosquitos, que vengan acompañadas, días después, de algunas de síntomas de la enfermedad, similares a la gripe, en la mayoría de casos, y que solo en unos pocas personas pueden implicar una enfermedad neurológica o su ingreso. Normalmente, cuando hay otras patologías asociadas. Por ejemplo, el fallecido en Extremadura, en la zona de salud de Don Benito-La Serena, era una persona de 83 años.
En la última actualización del seguimiento que realiza el Ministerio de Sanidad sobre la fiebre del Nilo Occidental se pone de manifiesto esta proximidad. Ya aparece el caso del caballo de la comarca de Almadén, el primero que ocurre en suelo ciudadrealeños desde 2014, cuando hubo cinco caballos también afectados en Almodóvar del Campo.
Esta incidencia se suma a un mapa epidemiológico donde hay una veintena de casos en la zona de Extremadura, varios en esa zona próxima a Talavera de la Reina y el oeste provincial, que hacen temer que se pueda producir un contagio en algún momento. En este sentido, el primer afectado por Crimea Congo en Castilla-La Mancha, se produjo este verano también en la zona de Toledo, poco después de detectarse otro positivo en la vecina Extremadura.
Carta a los ayuntamientos. La misiva es similar a la alerta lanzada por el servicio de salud extremeño, donde se ha pedido vigilancia ante casos que puedan ser compatibles con la enfermedad. Hay que tener en cuenta que el 80% de las infecciones son asintomáticas, pero se trata de una enfermedad de declaración obligatoria, tanto en humanos como en caballos y aves. «En determinados casos puede presentar otras clínicas más importantes y en ocasiones graves como afectación neurológica (meningitis/encefalitis/parálisis flácida), afectación digestiva, miocarditis, pancreatitis y hepatitis fulminante», se indica en la carta del Sescam. En este sentido se apunta que desde el conocimiento de la presencia de la enfermedad en España se dispone de distintos sistemas de vigilancia del virus en animales (aves, équidos y mosquitos) y un sistema de vigilancia de los casos humanos para determinar su posible difusión en otras áreas y tomar las medidas preventivas tanto en materia de sanidad animal como salud pública.
«Al tratarse de una zoonosis que involucra a un huésped vertebrado como las aves y un vector (mosquito) se pueden dar circunstancias de constante transmisión entre el mosquito vector y las aves, siendo el ser humano y otros mamíferos como los caballos, huéspedes accidentales que no perpetúan el ciclo biológico de la enfermedad», indicaron. Esto quiere decir que la enfermedad no puede transmitirse de persona a persona, sino que tiene que intervenir un mosquito ya contagiado previamente.
Esta información se ha remitido a los municipios de Castilla-La Mancha para que se encuentren ese estado de vigilancia activa frente a la enfermedad, recordando que «se deben establecer medidas de prevención y control adecuadas para evitar la transmisión del virus, debiendo instaurar para cada temporada de actividad del vector un conjunto de medidas preventivas para evitar las picaduras de mosquitos» y que la Junta de Comunidades ha remitido para que se difundan entre la población.
En lo que va de año se han dado 109 positivos en humanos y 43 en équidos y también se han detectado seis casos en aves, según los datos del Ministerio actualizados el pasado jueves, donde ya se incluye el caso del caballo de Almadén.