El club de los castellanomanchegos más ricos ganó 35 nuevos socios durante 2022. Una sociedad exclusiva donde solo se pide una condición: tener un patrimonio de más de 700.000 euros. Y en la región son 3.929, más mujeres, 2.005, que hombres, 1.959. Ellas y ellos son los que aparecen en las cuentas que presenta la Agencia Tributaria al hacer balance del impuesto de Patrimonio, el que pagan las grandes fortunas, los más ricos. 

Y en 2022 tuvieron que pagar algo más de 16 millones de euros por esas rentas, que van desde bienes inmuebles a acciones o bienes suntuarios, esto es, entre otras cosas, joyas. Es una parte minúscula del esfuerzo tributario que se realiza en Ciudad Real. Más o menos, los ingresos brutos que entraron en la Delegación de Hacienda en el pasado mes de junio. En comunidades como la de Madrid, este impuesto está bonificado y no pagan un céntimo. Aquí los que más pagan son los que más tienen. Algo más de 250 contribuyentes que tienen un patrimonio medio que supera los 12 millones de euros. 

¿Qué es lo más tienen los más ricos? Inversiones. Dinero que tienen generando dinero. El 75% de lo que declaran por el impuesto de Patrimonio es  el llamado capital mobiliario, rendimientos económicos que provienen de inversiones en bienes o activos que no son inmuebles, es decir, que no son propiedades físicas como terrenos o edificios y pueden ser beneficios distribuidos por las empresas a los accionistas, intereses, rendimientos de participaciones o cesión de capitales a terceros. Son casi 650 millones de euros. Después vienen los bienes inmuebles. De ahí salen otros 168 millones de euros, mientras que los castellanomanchegos más ricos tienen joyas, pieles, vehículos, embarcaciones y aeronaves por valor de 1,1 millones de euros y casi otro millón de euros más en objetos de arte y antigüedades.