La ganadería ecológica cae un 20%, por el descenso del ovino

Hilario L. Muñoz
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Las organizaciones recuerdan las dificultades que ha habido con las ayudas, la sequía o la viruela y apuntan a una situación que puede extenderse a la producción agraria

La ganadería ecológica cae un 20%, por el descenso del ovino - Foto: Rueda Villaverde

La ganadería ecológica cayó en la provincia de Ciudad Real durante el año 2023, con un descenso en las cabezas de ganado del 20 por ciento, debido a una caída, significativa, del cordero, que supone la principal producción animal ecológica, tanto para carne como para leche. Se trata de un avance de lo que puede ocurrir, en opinión de las organizaciones agrarias, preocupadas por la necesidad de dar nuevas ayudas al sector; de ampliar las actuales, que no llegarán a algunos de quienes ya tenían plantado ecológico; o que la PAC tenga en cuenta esta producción. Además, se suma, en el caso del año pasado, la sequía y que hubiera organismos que pedían ayudas para mantener piensos ecológicos a estos ganados, que no llegaron. También la viruela que dejó la cabaña ovina en el dato más bajo en años, con menos de un millón de cabezas.

El secretario general de Asaja, Florencio Rodríguez, recordó que el cordero está en pleno crecimiento, porque hay una escasez mundial y su precio va en aumento. «La falta de corderos o las restricciones que tienen otros países para poder exportar, hacen que nuestro país sea estratégico para poder comercializar corderos; que, desgraciadamente, no tenemos», dijo. 

En el caso del ecológico, en datos han caído un 23 por ciento las cabezas de cordero, con 16.893 el año pasado, cuando en 2022 había 21.836, y en 2021 el dato se elevaba a 23.701. Para Rodríguez, abandonar lo ecológico es una cuestión de «cuentas de cada explotación» en las que deben mirar «los costes de hacer una ganadería ecológica y lo que pueden ser los beneficios de no hacerla».

Agricultura.

No se trata solo del cordero, también desciende ligeramente el caprino, un 3 por ciento, con 2.065 cabezas ecológicas, mientras que aumenta la producción de la carne de vaca ecológica, hasta las 3.484 cabezas, 200 más de las que había en 2022. En este último caso es clave un factor que señala el portavoz de Agricultura Ecológica de Cooperativas Agroalimentarias. «Trabajar en la agricultura o en la ganadería ecológica normalmente lleva un sobre costo» y esas ayudas sirven para paliar el descenso de la producción que implica no usar ciertos productos. «Al final lo que hace falta también es que tengan un valor añadido», porque si no ante cualquier problema sanitario se abandona, a menos que existan las ayudas. 

En este sentido, Morata recordó que en la resolución de este año se ha dado como solución «quitar a casi todos los que estaban» de las ayudas y dar subvenciones a «los nuevos, para incorporarlos» a esta agricultura ecológica y al valor añadido que supone para la producción. «Casi la mitad de los que habían solicitado ayuda, no la recibirán» y eso podría provocar que haya descensos en los próximos años. 

Los datos abiertos de la Junta de Comunidades indican, en concreto, que las hectáreas dedicadas a producción ecológica han aumentado hasta 128.161 hectáreas, con presencia en 96 de los 102 municipios de la provincia. En el año 2022 había 124.360 hectáreas certificadas como de producción ecológica, en un ascenso paulatino, que como ha ocurrido con la ganadería podría llegar a su techo con esos cambios en las ayudas.