La villa romana de Noheda y su impresionante mosaico podrá ser visitada desde este viernes, y a lo largo del verano, gracias a la iniciativa Abierto por Obras que impulsa la Junta de Comunidades. Este programa permitirá a los interesados visitar el maravilloso conjunto de mosaicos mientras se efectúan las tareas de restauración de los mosaicos, gracias a los fondos del programa 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento, que contemplan la limpieza, restauración y consolidación del mosaico, y de todo el espacio.
El programa de visitas es de lunes a sábados y en horarios de 9 a 13 horas y de 18 a 20 horas, y los domingos de 10 a 13 horas (visita libre) y a las 11 y las 19 horas de lunes a sábado, y los domingos a las 11 (visita guiada). Es necesario que los visitantes se inscriban previamente en el portal de Cultura de Castilla-La Mancha o ponerse en contacto con la red arqueológica de la empresa Tragsa.
Precisamente, este lunes arrancó la campaña de excavaciones dedicadas a acotar los límites del edificio monumental que correspondería con el salón de recepciones, el vestíbulo de la gran sala triabsidal en la que se encuentran las recreaciones compuestas por millones de teselas de pequeño tamaño y colores vivos.
A lo largo de dos semanas, estudiantes de varias universidades, entre ellas de la Universidad de Castilla-La Mancha y alumnos del programa universitario José Saramago para mayores, se emplean en acotar las murallas. Por otro lado, la campaña no sólo se centra en las tareas de excavación, sino que se añade un proyecto de investigación financiado por la Junta de Comunidades que consistirá en terminar el estudio de georradar de la parcela para completar el que ya se efectuó el pasado año y, según relata el director de las excavaciones y arqueólogo, Miguel Ángel Valero, iniciar estudios de palinología –ciencia que estudia el polen y las esporas–, carpología –el fruto de las plantas– y antropología.
Es decir, «ya sabemos qué comían, cómo lo comen y cocinan en cada época». Ahora, «interesa saber qué maderas se utilizaban para la construcción, la economía que había en la villa de ocio y negocio, lo que se cultiva o las semillas de las plantas que forman parte del ecosistema», entre otras razones, para recomponer el paisaje y saber cómo vivían los que trabajaban. «Esta es una época de cambios –finales del siglo IV– en la que el señor va perdiendo su poder y posteriormente entran vándalos, alanos o visigodos, cambios de religión y políticos», dice.
salón de recepciones. Valero expone que las excavaciones actuales se centran en el descubrimiento de los muros perimetrales de un salón de recepciones. «Si el triclinium mide 300 metros, el segundo más grande de todo el mundo y el primero que tiene mosaico, el salón podría tener unas dimensiones cercanas a los 850 metros», indica, y explica que se trataría de una estancia «donde se recibe a todos los clientes y el más grande conocido hasta ahora con esta morfología».
El también diputado provincial de Cultura aclara que el georradar reveló suelo sólido, aunque no confirma que pueda ser otro mosaico de teselas, latericio –mampostería de ladrillo–, mármol «o puede ser que tengamos una capa preparatoria de la que posteriormente fueron arrancados los mosaicos». En cualquier caso, «las dimensiones y la morfología ya son extraordinarias».
Asimismo, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cuenca afirma que no existe «ningún dato» sobre la identidad del dueño de la villa romana. «Es de la época de Teodosio. No hay nada que le relacione estrechamente, pero podría pertenecer a alguien de la alta aristocracia hispana», cuenta, y añade que existen textos que indican que los «potentisimi no tienen una vila sino dos o tres praeria o complejos». Eso sí, cree que «tarde o temprano, vamos a tener un dato para tirar del hilo y saber quién es. Aparecerá un epígrafe en una estela, en un elemento votivo, o en los tapices musivos. Algún día le conoceremos y espero que sea pronto».