Desde el Reina Sofía a la Galería Fúcares

D. A. F.
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El valdepeñero David Maroto expone desde hoy 'La posteridad sigue caminos extraños' basada en una novela de artista de la que es autor

Desde el Reina Sofía a la Galería Fúcares - Foto: Cedida por Luis Palomino

El artista valdepeñero residente en Países Bajos David Maroto aterriza esta tarde en la galería Fúcares de Almagro (inauguración a las 18.00 horas) con La posteridad sigue caminos extraños tras pasar por el Museo Reina Sofía de Madrid donde el año pasado impartió un taller sobre Novela Colectiva.

Aunque los contenidos de esta exposición se expresan mediante la escultura, el dibujo y la pintura mural, sus piezas vuelven de algún modo sobre los contenidos del taller que impartió en el museo madrileño, puesto que sus propuestas plásticas se entrelazan con la memoria y la construcción literaria. La colección, que estará disponible en la galería almagreña hasta el próximo 25 de noviembre, está inspirada por una novela del artista escrita por el propio Maroto, hasta el punto que el nombre de la exposición es también la primera frase de dicho texto, titulado No moriré completamente.

En una conversación con La Tribuna, Maroto explicó que en dicha obra intenta plasmar la investigación que realizó tras el fallecimiento de su madre en la primera oleada de la pandemia, en abril de 2020, sobre las circunstancias que rodearon la muerte de su abuelo Manuel, «asesinado extrajudicialmente en Valdepeñas durante la Guerra Civil» y del deseo de recuperar su cuerpo de la fosa común donde se supone que se halla.

El artista reconoce que la creación literaria y la creación artística se retroalimentan mutuamente, de modo que «la novela se expande a lo largo de estas obras», mientras que el proceso de realización de las esculturas y dibujos le permite reflexionar más profundamente sobre el contenido literario.

Maroto reconoce que hasta la muerte de su madre no se había interesado demasiado por la historia de su abuelo, en parte también porque la madre había preferido guardar silencio. Pero a partir de ese momento, comprendió que aquel suceso había marcado profundamente a su madre, que nunca pudo pedir explicaciones de lo ocurrido a su padre ni expresar a nadie sus sentimientos.

Otra parte de la exposición se refiere a ese concepto de dejar una huella para la posteridad, que unas veces puede ser de forma deseada y en otras no. Así, parte de las obras expuestas hacen referencia a los hallazgos de cuerpos de personas fallecidas por la erupción volcánica que destruyó Pompeya. Las víctimas de la erupción se convirtieron en testigos de ella a su pesar. Por otro lado, recuerda los murales hallados en la ciudad más antigua del mundo Çatalhöyük, en Anatolia.

Todas las piezas presentes en esta muestra son en blanco y negro, que Maroto reconoce como parte de «un vocabulario artístico». «Me gusta que recuerde el negro sobre blanco de la escritura», concluye.