El acusado admite que hubo relación, pero que fue consentida

Manuel Espadas
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Hoy se ha celebrado en la Audiencia el juicio contra un vecino de Miguelturra que se enfrenta a 10 años de prisión por, presuntamente, violar a una mujer

El acusado admite que hubo relación, pero que fue consentida - Foto: Rueda Villaverde

Un empresario de Miguelturra se enfrenta a 10 años de prisión por un delito de agresión sexual a una mujer, de nacionalidad salvadoreña, a la que habría violado en su casa de campo ubicada en Carrión, según sostienen tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular, que también solicitan una indemnización a la víctima por daños morales de 5.000 euros. En el juicio, celebrado este lunes en la Audiencia Provincial a puerta cerrada, han quedado plasmadas las versiones de ambas partes, coincidentes en que sí existió una relación sexual, pero contradictorias porque la defensa del acusado sostiene que esa relación fue consentida y a cambio de una remuneración económica, por lo que solicita a la sala su libre absolución.

Según el escrito de acusación de la fiscal, los hechos tuvieron lugar en septiembre de 2022, cuando el acusado, de iniciales S. E. R., contactó con la víctima para realizar trabajos de limpieza en una casa de campo de su propiedad en el término municipal de Carrión de Calatrava. Para lograr convencerla de que accediera a llevar a cabo estos trabajos, le hizo creer que estaba acompañado de su mujer y que podrían recogerla y llevarla desde Ciudad Real hasta la casa de campo, lo que la llevó a aceptar el trabajo.

Tras recogerla el acusado en su coche, la trasladó hasta la finca, donde, sostiene la Fiscalía, con claro ánimo libidinoso y sabedor de la dificultad de la víctima de pedir ayuda o marcharse, le pidió que realizara labores de limpieza de unas baldosas de baño. Para ello le proporcionó un producto dañino, aconsejándole que se desnudara con la excusa de no mancharse, ofreciéndole ponerse prendas de él.

Ante la insistencia del acusado, ella accedió, tras lo cual comenzó a limpiar las baldosas, pero tras notar picor en los ojos y sentirse aturdida, el dueño de la finca le pidió que se duchara para quitarse los restos del producto utilizado. Mientras la víctima estaba en la ducha, él se introdujo en ella quitándose la ropa y procediendo a realizarle tocamientos. Tras ello, y siempre según el relato de las acusaciones, llevó a la víctima a una habitación, aprovechando el temor que despertaba en ella, para abusar sexualmente, pese a su constante negativa.

Sin embargo, el acusado, que lleva en prisión desde el 4 de septiembre de 2022, insiste en que todo se trató de una relación consentida, por la que le habría pagado a la mujer 50 euros, y que además fue ella la que le propuso este trato. Ella denunciaba los hechos esa misma noche, con un relato al que las profesionales que han realizado el informe psicosocial sí dan credibilidad, y que ha repetido hoy delante del tribunal. El juicio ha quedado visto para sentencia.

 

 

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