El 14 de julio de 2022, el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, puso la primera piedra de la futura Casa Sacerdotal, un anhelado proyecto que, tras superar varios obstáculos y vicisitudes, pandemia y crisis de materiales incluidas, vio la luz con un montante económico de 5,7 millones de euros. El plazo de ejecución previsto era de 18 meses, pero diversas circunstancias han retrasado el desarrollo de las obras.
Aunque la primera piedra de la nueva Casa Sacerdotal se puso en julio de 2022, el tiempo oficial de ejecución se empezó a contabilizar a partir de septiembre, mes en el que dio inicio la obra, tras un replanteamiento de la misma. Según explicó a este diario el vicario general de la Diócesis de Ciudad Real, Jesús Córdoba, «diferentes circunstancias, entre las que cabe destacar la lluvia en los primeros meses de cimentación y la construcción completa de la tercera planta, han tenido como consecuencia el aumento del tiempo de ejecución de la obra».
El vicario general precisa que entre el final de la construcción propiamente dicha y los preparativos y equipamiento de la casa para su habitabilidad, «su inauguración no está prevista hasta el año 2025». Hay que recordar que el nuevo inmueble se está construyendo en una parcela del Seminario, aunque independiente del mismo, y que contará con 56 habitaciones destinadas al clero.
5.600 metros. Con esta nueva residencia, que tendrá una superficie total construida de más de 5.600 metros cuadrados, se pretende dar respuesta a las necesidades de los sacerdotes de la Diócesis, en especial de los mayores, dado que la actual, que data de los años 60 del pasado siglo, se ha quedado pequeña y en ocasiones tienen que recurrir a la ubicada en Miguelturra. Se barajó hacerla en la actual casa sacerdotal, en la calle Alarcos, si bien las estrecheces y otras limitaciones, como la duración del convenio sobre el terreno con Unicaja, hizo que finalmente se descartara.
Barahona Obras y Servicios, que ya trabajó con la Diócesis en la ejecución de la obra de la iglesia de San Juan Bautista de la capital, es la empresa encargada de ejecutar el proyecto. El edificio se distribuirá en cuatro plantas, tres sobre rasante y uno en semisótano. Contará con 56 habitaciones, todas individuales al tratarse de una de las exigencias derivadas de la pandemia, con baño y una pequeña terraza, lo que se vio también como una necesidad tras la crisis sanitaria de la COVID. La Casa Sacerdotal Santo Tomás de Villanueva, denominada así por ser el patrón principal de la Diócesis, dispondrá también de servicios de comedor, cocina y enfermería, además de con una capilla.