El juicio en el que se acusa a un vecino de Manzanares de tentativa de homicidio con un hacha contra su expareja, por el que se enfrenta a 9 años de cárcel, ha quedado visto para sentencia esta mañana en la Audiencia Provincial, después de que quedara interrumpido hace dos semanas por la ausencia injustificada de la propia denunciante. Esta vez la presunta víctima sí se ha presentado delante del tribunal y se ha sometido a las preguntas de todas las partes, sobre los hechos sucedidos en noviembre de 2022 en esta localidad.
Según el relato de ella, el acusado, Said J. y de origen marroquí, con el que ya no convivía y estaba en trámites de divorcio, primero la llamó por teléfono desde un número oculto pidiéndole que retomaran la relación, y después se presentó en su casa, donde le dio dos bofetadas, la insultó y la amenazó de muerte, intentando acceder al cajón donde guardaba los cuchillos en la cocina. "Me dio dos bofetones, me dijo puta y zorra y que me iba a matar", ha constatado la denunciante, que sin embargo ha reconocido que en ningún momento pudo ver la arcotana o hacha con la que, supuestamente, la intentó agredir en el momento en el que le abría la puerta de la casa. Un extremo que sí refirió una vecina, que en su testimonio en la primera jornada del juicio explicó que fue capaz de evitar que el acusado asestara un golpe con esta herramienta en la cabeza de ella, agarrándole por el brazo y arrebatándosela.
Tras el testimonio de la presunta víctima, y el de un hijo con el que habló por teléfono durante los hechos, las partes elevaban a definitivas sus conclusiones. Tanto el ministerio fiscal como la acusación particular solicitan que se declare a Said J. culpable de un delito de tentativa de homicidio, con el agravante de parentesco, por el que piden 9 años de prisión, además de una indemnización de más de 9.000 euros, en el caso de la acusación particular.
Por su parte, la defensa solicita su absolución, o al menos que solo sea condenado por un delito de malos tratos en el ámbito familiar, puesto que, según su exposición, lo único que ha quedado probado es que su defendido abofeteó a su expareja, y que "si hubiera querido acabar con su vida, lo hubiera hecho dentro de la vivienda". Además, recuerda que él actuaba bajo los efectos de las drogas y el alcohol.
La sesión la cerraba el acusado, que asistía al plenario desde la prisión de Herrera de La Mancha por videoconferencia. Said J. reiteraba que "nunca pensé en hacerle daño", como resumen de una versión en la que él asegura que se presentó en casa de la denunciante solo para recoger sus pertenencias, y portando una arcotana porque venía de trabajar del campo.