Un estudio esencial para un cultivo prioritario

Antonio Criado
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Investigadores del Ivicam pondrán ahora el foco en la combinación de variedad de uva y patrón para analizar la tolerancia a la sequía

Los trabajos de investigación comenzaron en el año 2018 en el actual contexto de cambio climático. - Foto: TF

Investigadores del Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (Ivicam), dependiente de la Consejería de Agricultura, publicaron recientemente un estudio sobre el comportamiento en el uso del agua de 24 variedades de vid bajo condiciones de sequía, 17 de ellas analizadas por primera vez. Una investigación que arrancó en 2018 en el actual contexto de cambio climático y que tendrá continuidad el próximo año con otro estudio sobre las distintas combinaciones entre las variedades de uva y el portainjerto de vid, también denominado patrón o pie.

«Todo parece indicar que hay variedades que pueden tener más posibilidades que otras en un escenario de sequía, pero los estudios realizados hasta ahora los tenemos que complementar con nuevos parámetros para poder hacer afirmaciones más contundentes. Es un tema muy complejo, en un cultivo que es muy importante para Castilla-La Mancha desde el punto de vista económico y social, y no se puede pretender tener una solución sencilla», afirma el investigador Sergio Serrano, natural de Ossa de Montiel (Albacete), que trabaja en un tesis doctoral titulada 'Evaluación del comportamiento de diferentes variedades de vid cultivadas bajo condiciones de sequía', en la que colaboran la Universidad de Castilla-La Mancha y el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (Iriaf).

Insiste en que la tolerancia a la sequía de la vid «se debe definir de una forma integral», considerando parámetros agronómicos, fisiológicos y enológicos. El primer estudio, enfocado esencialmente hacia el comportamiento de los indicadores agronómicos de las vides, reveló que variedades como bobal, garnacha peluda, garnacha tinta, albillo real, macabeo y verdejo «mostraban un comportamiento aceptable en condiciones de sequía, manteniendo simultáneamente altos rendimientos y buena calidad del mosto».

Sin embargo, en las condiciones en las que se realizó este estudio, en explotaciones de espaldera y con marcos de plantación más estrechos que los utilizados en el cultivo en vaso tradicional, variedades extensamente cultivadas en la región, como airén y tempranillo (casi el 60% de la superficie plantada, según datos del Ministerio a 31 de julio de 2023), no destacaron por ser las que mostraron mejor comportamiento frente a la sequía. «Con estas variedades de uva siempre obtenemos los resultados, muy parecidos. Todo parece indicar que no son las que mejor se adaptan a las condiciones de sequía, a pesar de su amplio arraigo en Castilla-La Mancha», remarca el investigador.

Sergio Serrano estuvo el pasado verano en la Universidad de California en Davis aprendiendo nuevos métodos para detectar rasgos que son esenciales en la tolerancia a la sequía de las especies vegetales en general, a partir de los cuales van a amplificar su investigación en el segundo semestre del año. Además, para el próximo ejercicio 2025 pretende introducir una nueva vertiente en sus estudios, más allá del tema varietal. Analizarán distintas combinaciones variedad-patrón para intentar encontrar la más óptima en un escenario de sequía. «Estamos ante un estudio muy importante para Castilla-La Mancha, pero también para cualquier zona del mundo con un clima semiárido», sentencia.