Una investigación pide vincular olas de calor y mortalidad

H. L. M. / LT
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Un estudio del Instituto Carlos III reduciría de 38 a 37,6 el umbral en que las máximas empiezan a afectar a la sanidad

Un termómetro marca 44 grados en un día de calor sofocante el pasado verano - Foto: Rueda Villaverde

Un estudio del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), Determinación de umbrales de mortalidad por ola de calor según regiones isoclimáticas en España, muestra que la definición de ola de calor es diferente si se aplica desde el punto de vista de la salud, con su posible impacto en la mortalidad, que si se aplica desde el nivel meteorológico, ya que se trata de conceptos distintos basados en diferentes factores. El trabajo se ha llevado a cabo desde la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII, y sus autores son Cristina Linares, Julio Díaz, José Antonio López-Bueno y Miguel Ángel Navas-Martín.?

Su análisis estudia la ola de calor meteorológica y que se ha aplicado en los Planes de Actuaciones Preventivas frente al calor, donde, por ejemplo, se trata la provincia de forma única, con avisos en función de los días que se superan los 38 grados de máxima. Con más de una jornada consecutiva superando esa temperatura, se activaría el nivel amarillo, y a partir del tercero, el rojo.

En el caso del estudio, lo que se hace es comparar la media de las temperaturas de los años 2009-2019 y la mortalidad de cada jornada, para dar con una temperatura en la que las máximas empiezan a afectar a la mortalidad y lo han hecho para cada una de las comarcas meteorológicas. 

De este modo, en el Valle del Guadiana se apunta que la temperatura en la que se lanzan los avisos es de 37,6 grados. En el caso de Montes Norte y Anchuras el dato es de 38 grados, en la comarca de La Mancha se sitúa en los 38,8 y en el sur de la provincia, en la Sierra de Alcudia y Madrona , en los 39 grados. Todos los datos de la provincia se encuentran por debajo de los grados que marcan los avisos por ola de calor en cada una de las comarcas meteorológicas, por lo que, según este estudio, los planes de prevención se deberían activar , antes de lo que se considera ola de calor por la Aemet. 

«La definición meteorológica de ola de calor se basa en series climatológicas basadas en percentiles de temperatura, duración e intensidad, la definición en salud relacionada con la mortalidad asociada es más amplia: incluye igualmente las temperaturas registradas y su intensidad, pero también otras cuestiones como las características demográficas de la población, el nivel de renta, los aspectos socioeconómicos, la vulnerabilidad social, la calidad de la vivienda, las infraestructuras urbanas y la existencia o no de zonas verdes, entre otras». Por este motivo piden una «definición de ola de calor en la salud» que incluya estos factores, señala el Instituto de Salud Carlos III en la nota que acompaña al estudio.