La luz es lo primero que llama la atención al acceder a lo que será el futuro Centro Regional del Folclore. Uno se imagina entrar en un edificio que lleva cerrado casi tres lustros y piensan en él como un espacio oscuro, pero el antiguo edificio del colegio Ferroviario es lo contrario, un inmueble que tiene ahora más luz que cuando estaba abierto, fruto de las obras de reforma en las que está inmerso. El año que viene este edificio cumplirá un siglo y las obras actuales estarán acabadas, después de que el estado en que se encontraba, haya implicado hacer más trabajos de los previstos en la primera fase de la obra. Se tuvo que mejorar aún más la cimentación, se rehizo la escalera que conduce al sótano y se reforzó la estructura con una serie de vigas que se han colocado en distintos puntos del inmueble, para darle consistencia.
La Tribuna visita esta obra, una de las iniciativas claves del Plan Ciudad Real Horizonte 2025, con una inversión de 2,5 millones y que forma parte de una idea para crear un eje cultural. «Lo que se pretende es darle un nuevo uso al edificio, manteniendo sus valores esenciales y adaptándolo a las nuevas necesidades», explicó el jefe de servicio del área de Cultura en Ciudad Real, Enrique Jiménez, quien acompañó en la visita, junto a técnicos de la Junta, y la responsable de obra Clara Barranco, de la empresa Eiffage y su filial encargada Conscytec.
Como muestra de esa decisión que tomó el Gobierno regional, Jiménez señaló las entradas al edificio, tanto en la parte que da a la ronda, como la que da acceso desde el parque de Gasset. Ambas se abren hacia dentro, algo que no puede ocurrir en estos edificios públicos por motivos de seguridad y de evacuación, pero tampoco se pueden abrir para fuera, porque ocuparían la acera, un aspecto prohibido por la ley. La solución será dejar abiertas las puertas cuando el edificio se use y ubicar una segunda puerta, de cristal, para mantener la temperatura del inmueble, como ocurre en otros edificios del Gobierno regional, como el palacio de Medrano.
Obras en el antiguo colegio Ferroviario. - Foto: Rueda VillaverdeEste detalle es uno de los muchos que se deben tener en cuenta al rehabilitar un edificio con esta antigüedad. Junto a otros como adaptarlo a la normativa de accesibilidad, con un espacio para el ascensor ya construido, aunque se mantendrá la escalera, uno de los hitos del edificio, con un forjado «hecho a mano».
«Adoptar un edificio de 100 años a la actualidad no es fácil», recordaron los técnicos, quienes señalaron como un aspecto fundamental de estos meses de trabajo, las labores que se han realizado en la azotea del inmueble, donde había un techado de tipo plano, que provocó ciertas goteras en el inmueble, y se ha creado una estructura en diagonal, como una claraboya, que permite la entrada de luz al edificio, a través de un patio central y que repartirá esa luz por todas las estancias interiores. De este modo, la luz de la fachada, con sus grandes ventanales, propias de un colegio de primeros de siglo, se suma una fuente de luz, en el interior del inmueble.
Ese será uno de los cambios cuando el Ferroviario sea Centro Regional del Folclore, porque la intención es mantener la mayoría de los elementos que se conocen. Entre ellos, el antiguo salón de actos, que será la futura Biblioteca del edificio y que mantendrá sus filigranas y parte de los balcones. El otro cambio es una pasarela en la segunda planta, que conectará las dos grandes salas que se quieren utilizar como espacio expositivo temporal.
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Las obrasActualmente, se trabaja en el inmueble desde la planta alta hacia la baja y el sótano, explicó Barranco. De tal modo que en la segunda planta, la más alta, se está instalando ya el pladur y las carpinterías en las ventanas, que dará consistencia a las paredes. Además, se ultima la instalación de los servicios, electricidad, internet, aire acondicionado o red contra incendios. En la primera, se está finalizando con los suelos, como un acolchado especial que evite ruidos en la zona de biblioteca y en la baja, se está empezando con la zona de servicios. Aquí aún queda algún cartel del antiguo colegio, porque los trabajos se han centrado en asentar el inmueble, como ocurre en el sótano, donde irán los almacenes del Centro Regional del Folclore. La intención es inaugurarlo en pocos meses, en 2024, cuando el Ferroviario cumpliría sus 100 años.