Las Fuerzas Armadas israelíes han publicado este domingo un informe que reconoce que los secuestrados Ron Sherman, Nik Beizer y Elia Toledano, fallecidos el pasado 10 de noviembre, murieron en un bombardeo de la propia aviación israelí sobre la región de Yabalia, en el norte de la Franja de Gaza.
El informe de la investigación militar, presentado primero a las familias de los difuntos, concluye que los tres murieron por un "daño colateral" de un bombardeo que tenía como objetivo el comandante de la Brigada Gaza Norte de Hamás, Ahmed Ghandur, quien también falleció en el ataque.
"Los tres, con alta probabilidad, murieron como un daño colateral de un bombardeo de las Fuerzas de Defensa de Israel durante el asesinato de Ghandur", explica un comunicado militar. "Es altamente probable teniendo en cuenta los datos, pero no es posible concretar con certeza las circunstancias de su muerte", añade tras referirse a la ubicación en la que estaban los cuerpos de los rehenes cuando fueron recuperados, el 14 de diciembre.
Los tres rehenes estaban siendo retenidos en un complejo de túneles en el que también se encontraba a Ghandur, pero las informaciones de inteligencia indicaban que no había secuestrados en el lugar. "De hecho, había informaciones que indicaban que estaban en otra ubicación y por tanto se concluyó que no había rehenes", argumenta.
El Ejército israelí ha destacado además que "no atacamos zonas en las que hay indicios o sospechas de que pueda haber rehenes", aunque reconoce que "hay casos en el que han resultado afectados por ataques israelíes debido a la falta de información de inteligencia".
Sherman era sargento; Beizer, cabo, y Elia Toledano era civil. Los dos primeros fueron capturados en una base militar cercana a la frontera de la Franja de Gaza, mientras que Toledano fue apresada en el festival de música Supernova, cerca del kibutz Reim, durante el ataque de las milicias gazatíes del 7 de octubre.