Terapia contra la guerra

M. E.
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Cruz Roja imparte en Ciudad Real actividades de ocio terapéutico y de integración social a los miembros de lacomunidad de refugiados de Ucrania tras dos años y medio de conflicto bélico en su país y sin poder regresar

Cruz Roja imparte en Ciudad Real actividades de ocio terapéutico y de integración social a los miembros de la comunidad de refugiados de Ucrania tras dos años y medio de conflicto bélico en su país y sin poder regresar - Foto: Tomás Fernández de Moya

El conflicto bélico en Ucrania alcanza ya los dos años y medio. Desde que Rusia decidió invadir este país, miles de personas, de todas las edades, no tuvieron más remedio que hacer las maletas de manera precipitada y buscar una urgente salida hacia distintos destinos europeos, dejando atrás sus casas, sus ciudades, sus familias, sus amigos... sus vidas.

Este largo duelo migratorio lo están pasando con entereza en Ciudad Real un nutrido grupo de refugiados a los que Cruz Roja está prestando todo el apoyo que necesitan y que está en sus manos. Esta organización puso en marcha un programa especial que, entre otros aspectos, pone énfasis en el apoyo psicosocial a estas personas, para prevenir, atenuar o eliminar posibles problemas de salud mental.

Lo hacen organizando actividades como la celebrada esta semana en la piscina del Polideportivo Juan Carlos I, una clase de yoga terapéutico a la que asistieron una quincena de refugiados, que durante una hora disfrutaron de un tiempo de desconexión y de olvido. «Salen de su día a día, se centran en el momento y en el ahora, en su respiración y en el movimiento», explica Elena Rodríguez, monitora de actividades dirigidas que no dudó en levantar la mano como voluntaria cuando supo de la intención de Cruz Roja.

Cruz Roja imparte en Ciudad Real actividades de ocio terapéutico y de integración social a los miembros de la comunidad de refugiados de Ucrania tras dos años y medio de conflicto bélico en su país y sin poder regresarCruz Roja imparte en Ciudad Real actividades de ocio terapéutico y de integración social a los miembros de la comunidad de refugiados de Ucrania tras dos años y medio de conflicto bélico en su país y sin poder regresar - Foto: Tomás Fernández de Moya

Alona Kazakova vive en Ciudad Real con sus cuatro hijos. Fue una de las participantes de la clase de yoga, junto a sus hijas Olga y Julia. No encuentra palabras para agradecer la ayuda que está recibiendo de Cruz Roja, ella y todos sus compatriotas: «Decir muchas gracias es poco». Aunque aquí han encontrado un refugio de paz, lejos de la guerra, anhela poder volver a Ucrania algún día. «Es nuestra patria, es nuestra vida. Deseamos volver, pero no vemos el fin a todo esto», expresa en palabras empapadas en resignación. 

Además del ocio terapéutico, Cruz Roja también organiza otro tipo de actividades, como visitas de contextualización a lugares de interés de la ciudad y la provincia, actividades culinarias o visitas a los barrios para favorecer su integración social. «Buscamos provocar confort para luchar contra la ansiedad, depresión, estrés o hermetismo que puedan generar a causa de un duelo migratorio tan largo», resume Rubén Muñoz, trabajador social de Cruz Roja. Una valiosa terapia contra la guerra.