El alcalde de Manzanares, Julián Nieva, se comprometió a restaurar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del municipio, y el proyecto va camino de convertirse en realidad. Tras finalizar la primera fase, que supuso una inversión de 450.000 euros, hace tan solo unos meses, en concreto el pasado mes de diciembre, arrancaron las obras de la segunda fase con una inversión de 474.200 euros, que al igual que ocurrió con la primera se financiará al cincuenta por ciento entre el Ayuntamiento y la parroquia, por lo que en esta ocasión  cada organización aportará  237.100 euros para culminar la restauración de este Bien de Interés Cultural (BIC). 

El párroco Benito Huertas, de la Unidad de Acción Pastoral de las parroquias manzanareñas, en declaraciones a La Tribuna, señaló que las obras van a «muy buen ritmo» y si todo transcurre con normalidad y según lo planificado, finalizarán el próximo verano o, como muy tarde, en las fiestas de Nuestro Padre Jesús de Perdón, patrón de la localidad y que se celebran en el mes de septiembre. Será más o menos por esas fechas cuando el templo luzca una nueva imagen exterior totalmente restaurada tras haber invertido un total de 924.200 euros. 

Las obras de esta última fase están siendo ejecutadas por la empresa Rafael Gómez Galdón SL, la misma que restauró las fachadas sur y este en la primera fase. Ahora, el nuevo proyecto se centra en las fachadas norte y oeste. Aunque las fachadas en las que se está interviniendo no tienen tanto valor artístico como las anteriores, en las que destaca la portada renacentista, sí tienen elementos valiosos como algunos escudos y ventanas. Son fachadas muy deterioradas con cornisas, lienzos de mampostería e impostas en mal estado y con desprendimientos.

En la línea de lo que se hizo en la primera fase, se actuará en esos lienzos de mampostería para eliminar revocos y morteros inadecuados de cemento que no dejan transpirar y provocan humedad. Se sustituirán por otros de cal con el color de la piedra. En las cornisas también se repondrán elementos que han perdido volumetría así como ladrillos erosionados por el paso del tiempo y por las palomas.

La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción se trata, probablemente, del bien más importante del patrimonio de la ciudad que, además es un atractivo para el turismo. Además del valor artístico e histórico de este edificio, el templo parroquial de la Asunción, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1991, es la iglesia más grande de la Diócesis de Ciudad Real  con 2.200 metros cuadrados construidos y una nave de más de 55 metros de largo y 18 de alto, más propios de una catedral. Un «importante» inmueble donde uno de los elementos más valiosos es su portada renacentista que da a la plaza de la Constitución.

en busca de financiación. El párroco Benito Huertas mostró su satisfacción por llevarse a cabo la restauración integral del exterior del templo pero reconoció la dificultad que supone para la parroquia sufragar los 462.000 euros que le corresponde abonar entre las dos fases. Una partida económica que se va afrontando, explica, con la ayuda de los feligreses, también de la parroquia Altagracia, y la colaboración de empresas y asociaciones. Aunque no es suficiente, y la parroquia se vio obligada a vender un solar en propiedad tras una donación para financiar la primera fase de la que aún, lamenta Huertas, se deben unos 50.000 euros. 

Así, con el reto de recaudar más fondos para poder pagar todo lo que le corresponde, la comisión de obras, formada por un grupo de seglares, se reunirá en los próximos días para «idear y buscar» nuevas fórmulas de financiación.