La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real acoge a partir del próximo lunes, día 8, el juicio con tribunal contra el librero Pepe Lomas que mató a un intruso que se coló en su finca, localizada en el entorno del parque forestal de La Atalaya, en Ciudad Real.

Según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso este jueves EFE, el librero, de 81 años, se enfrenta a una pena de doce años y seis meses de prisión por un delito de homicidio.

Los hechos por los que será juzgado tuvieron lugar sobre las dos de la madrugada del día 1 de agosto, festivo en Ciudad Real, en el interior de su casa de campo cuando el acusado se despertó sobresaltado al escuchar ruido en el interior de su parcela.

El acusado, que en su habitación tenía dos escopetas paralelas, un rifle, dos escopetas de un cañón y diversa municipio, todas ellas en perfecto estado y con sus permisos legales, cogió una de ella cargada con dos cartuchos ante el temor de que pudiera estar siendo víctima de un robo.

Entonces, salió del interior de la vivienda en dirección al corralón existente en el exterior de la finca y nada más salir, desde la puerta de su vivienda observó en las inmediaciones del cuarto de herramientas a una persona portando en sus manos un motosierra apagada que previamente había cogido del interior del cuarto de aperos con la intención de sustraerla.

La víctima tenía múltiples antecedentes penales por delitos patrimoniales, según el escrito de la fiscalía.

El acusado se dirigió directamente al lugar donde se encontraba esta persona, apuntando en todo momento con la escopeta hacia esa dirección y cuando se encontraba a una distancia de cinco metros le disparó, según el escrito del fiscal con ánimo de acabar con la vida de esta persona.

Un primer disparo de frente impactó en la cara anterior del tórax, y acto seguido, cuando se encontraba a una distancia de cuatro metros, efectuó un segundo disparo por la espalda que impactó en la cara posterior del tórax.

Tras efectuar ambos disparos el librero regresó al interior de su habitación y cargo de nuevo la escopeta con otros dos cartuchos más, se dirigió de nuevo al lugar donde yacía el cuerpo ya sin vida de la víctima, efectuando un tercer disparo al aire.

La víctima falleció en el acto como consecuencia de los dos impactos recibidos en zonas vitales.