"La integridad del toro es el pilar fundamental de la fiesta"

J.M.Beldad
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Diego Ortega es el secretario general de la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros de España (ANPTE) es una entidad que trabaja para asegurar la integridad y profesionalidad en los espectáculos taurinos

"La integridad del toro es el pilar fundamental de la fiesta" - Foto: Tomás Fernández de Moya

Diego Ortega Abengózar es una figura destacada en el ámbito local y taurino. Alcalde de Alcázar de San Juan entre 2011 y 2015, combina su vida profesional como profesor de Educación Física en la ESO con una intensa pasión por la tauromaquia. Esa afición lo ha llevado a ocupar el cargo de secretario general de la Asociación Nacional de Presidentes de Plazas de Toros de España (ANPTE), una entidad que trabaja para asegurar la integridad y profesionalidad en los espectáculos taurinos. Con una trayectoria que abarca desde la política local hasta la gestión taurina, Ortega tiene una visión global y matizada sobre el estado actual de la tauromaquia en España.

Para aquellos que no están familiarizados, ¿qué es exactamente un presidente de una plaza de toros y cuál es su rol más allá de lo visible durante la corrida?

El papel del presidente de una plaza de toros es mucho más complejo de lo que a menudo se percibe. Aunque lo más visible para el público es cuando el presidente saca los pañuelos para conceder trofeos durante la corrida, su labor comienza mucho antes. Desde que los toros llegan a la plaza, el presidente, junto con el delegado gubernativo y el equipo veterinario, supervisa todo el proceso: desde el desembarque de los animales hasta los reconocimientos veterinarios previos al festejo. Estos controles son fundamentales para verificar que los toros cumplan con los requisitos físicos y de comportamiento que exige el reglamento taurino. Antes de la corrida se realizan dos reconocimientos: el primero, cuando los toros bajan del camión, y el segundo el mismo día de la corrida, para confirmar que no ha habido cambios en las condiciones del toro que puedan afectar su lidia. También hay un recocimiento posmórtem. Durante todo este proceso, el presidente debe estar presente, tomando decisiones que pueden influir en el desarrollo del espectáculo.

Entonces, la labor de un presidente va mucho más allá de sacar pañuelos…

Exactamente. Aunque la imagen más popular es la del presidente con los pañuelos, sus funciones incluyen tareas mucho más técnicas y exigentes. El presidente tiene la responsabilidad final sobre si un toro es apto para la lidia o no. Incluso si los veterinarios consideran que un toro no está en condiciones, el presidente puede decidir que se lidie si tiene fundamentos para ello. Además, durante la corrida, es el encargado de velar por el cumplimiento del reglamento en cada detalle, desde las faenas hasta el comportamiento de los toros.

Diego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTEDiego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTE - Foto: Tomás Fernández de MoyaTambién hay un aspecto clave en la labor del presidente que no siempre se ve: asegurar la integridad del espectáculo y la del toro, es decir, que no haya manipulación fraudulenta de los pitones y que el toro mantenga su presentación y volumen adecuados. Todo esto es esencial para garantizar la seriedad del espectáculo y el respeto a los aficionados.

¿Cuentan los presidentes con asesores que los apoyen en estas decisiones tan complejas?

Sí, afortunadamente contamos con un equipo de asesores que nos ayuda en todo el proceso. Los veterinarios juegan un papel clave en el reconocimiento de los toros y su idoneidad, y su opinión es muy importante, aunque no vinculante. También tenemos asesores artísticos, que están muy pendientes de los aspectos técnicos durante la corrida y nos ayudan a tomar decisiones en situaciones difíciles.

Además de eso, en ANPTE apostamos fuertemente por la formación de los presidentes. No solo para quienes ya ejercen, sino también para nuevos aspirantes o aficionados que deseen ampliar sus conocimientos taurinos. Cada año organizamos cursos que cubren desde los aspectos reglamentarios hasta la liturgia del toreo, la morfología del toro y su comportamiento. Es un trabajo constante, porque ser presidente de una plaza de toros requiere no solo pasión, sino una preparación técnica muy sólida.

Ha mencionado la importancia de la independencia del presidente. ¿Cómo se asegura esa independencia en un mundo tan politizado como el de la tauromaquia?

Diego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTEDiego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTE - Foto: Tomás Fernández de MoyaEs un tema delicado, y lamentablemente, no siempre se garantiza esa independencia. A veces el presidente es alguien que quizás no tenga la preparación adecuada, y eso afecta directamente a la calidad del espectáculo. Desde ANPTE, luchamos por que los presidentes sean seleccionados por criterios de mérito y capacidad, y no por amiguismo. Creemos que el nombramiento debe basarse en la formación y en la experiencia acreditada. La independencia del presidente es fundamental para que las decisiones que se tomen en el palco no estén influenciadas por presiones externas, ya sea de los empresarios, del ayuntamiento o incluso del público. El presidente tiene que ser justo y aplicar el reglamento con rigor, independientemente de las circunstancias.

En cuanto a las broncas en las plazas, ¿ha notado alguna evolución en los últimos años? ¿Siguen siendo frecuentes?

Las broncas han existido siempre, tanto hacia los toreros como hacia los presidentes, y creo que seguirán existiendo. Lo que ha cambiado es el tipo de bronca. Antes, las grandes figuras del toreo como Curro Romero o Rafael de Paula recibían broncas monumentales cuando las cosas no salían bien. Hoy en día, esas broncas tan fuertes ya no se ven con tanta frecuencia. Sin embargo, lo que sí ha aumentado es la polémica en torno a decisiones del palco, especialmente relacionadas con la concesión de trofeos. Ahora parece que se piden más orejas que antes, y claro, no siempre se pueden dar todas. Esto genera muchas discusiones y, a veces, broncas cuando el público no está de acuerdo con la decisión del presidente. Pero eso forma parte del espectáculo y de la pasión que despierta la tauromaquia. Al final, como presidente, intentas aplicar el reglamento de la mejor manera posible, aunque sabes que es imposible agradar a todo el mundo.

Hablando de la tauromaquia en general, ¿cómo ve la situación actual del mundo taurino?

La tauromaquia ha cambiado mucho en los últimos años, y en ciertos aspectos, para bien. Hoy en día, gracias a las redes sociales y a las retransmisiones en directo, el mundo del toro está mucho más expuesto y accesible. Eso es positivo porque permite acercar la tauromaquia a un público más amplio, sobre todo a los jóvenes, que han mostrado un renovado interés por las corridas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todas las plazas están viviendo el mismo momento. Las plazas de primera categoría, como Madrid, Sevilla o Pamplona, están llenas, y cada vez se ve más gente joven en los tendidos. Esto es un buen indicador de que el interés por el toreo sigue vivo. Pero en plazas de segunda y tercera categoría, la realidad es diferente. A veces, aunque los carteles estén bien rematados, el público no asiste, y eso es preocupante. Necesitamos fomentar la tauromaquia no solo entre los aficionados, sino también entre el público general, para que vean las corridas de toros como una opción de ocio cultural, igual que el fútbol o el teatro.

¿Hay triunfalismo en la fiesta?

Diego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTEDiego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTE - Foto: Tomás Fernández de MoyaSí, sin duda, el triunfalismo es uno de los problemas que enfrenta la tauromaquia hoy en día. Existe una tendencia a querer que todos los toreros salgan por la puerta grande, a veces con actuaciones que no lo merecen. Se piensa que concediendo más orejas se favorece la fiesta, pero creo que a la larga eso le hace más daño que bien. La calidad del espectáculo disminuye cuando se empiezan a regalar trofeos. El verdadero triunfo tiene que ser auténtico, fruto de una faena destacada, con toros que ofrezcan riesgo y emoción. Cuando las cosas se hacen bien, el impacto es mucho mayor. Son las cosas bien hechas las que impulsan la tauromaquia y no las puertas grandes "dudosas" en plazas de tercera. El espectáculo tiene que mantener su seriedad y su rigor, porque sólo así el verdadero triunfo será recordado y valorado por todos.

¿El toro íntegro sigue siendo una de sus principales reivindicaciones en ANPTE?

Absolutamente. Uno de los principios fundamentales que defendemos en ANPTE es la integridad del toro. El toro debe ser presentado en todo su esplendor, sin manipulaciones ni fraudes. El problema es que muchas figuras del toreo prefieren lidiar toros más dóciles o manejables, y eso va en contra de lo que defendemos los aficionados más puristas. El toro íntegro genera más emoción, más respeto y más riesgo en la plaza. Sin embargo, el sistema permite que a menudo se elijan toros menos exigentes para evitar compromisos. Esto es algo que esperamos poder cambiar, aunque no es fácil.

¿Tiene alguna anécdota interesante que le haya ocurrido en el palco o en sus funciones como presidente?

Sí, claro, hay varias anécdotas curiosas, pero una que recuerdo especialmente fue hace un par de temporadas. Estábamos en una plaza, que prefiero no mencionar, y llegamos al momento del sorteo de los toros. El sorteo es un momento clave, porque debe ser completamente al azar, garantizando que no haya favoritismos. Bueno, en esa ocasión, venían con el sorteo hecho y dijimos que eso no podía ser así. Algunos de los presentes intentaron "preparar" las bolas del sorteo de manera que favorecieran a ciertos toreros, haciendo que algunas bolitas fueran más fáciles de identificar que otras. Intentaron manipularlo, y obviamente, me di cuenta. Fue una situación incómoda, pero con la ayuda del delegado gubernativo, que siempre está presente, logramos asegurarnos de que el sorteo se hiciera de manera limpia y justa, como debe ser. A veces hay mucha picaresca en este mundo, pero por eso es tan importante la vigilancia y el rigor de los que estamos ahí para velar por la integridad del espectáculo.

Finalmente, ¿qué esperan, como presidentes y aficionados, de la Plaza de Toros de Ciudad Real después de este año?

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Diego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTE
Diego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTE - Foto: Tomás Fernández de Moya
Diego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTE
Diego Ortega Abengózar, secretario general de ANPTE - Foto: Tomás Fernández de Moya

Creemos que Ciudad Real tiene el potencial de convertirse en un referente en Castilla-La Mancha y en toda España. Este año hemos trabajado para darle seriedad y rigor a la plaza, y los resultados han sido positivos. Hemos notado una mayor aceptación por parte del público y de los aficionados, que valoran el esfuerzo por mantener la calidad de los festejos. Nuestro objetivo es que la plaza de Ciudad Real sea un referente de seriedad, no sólo en la provincia, sino en todo el ámbito taurino nacional. Queremos que la plaza atraiga a las mejores empresas taurinas y que se programen espectáculos de calidad, con carteles bien seleccionados y con toros íntegros. Sabemos que este es solo el comienzo, pero estamos convencidos de que vamos en la dirección correcta.