El paso del tiempo se deja ver en la descolorida silueta de Don Quijote entre los olivos y los cardos que se han apoderado de los viales de tierra que dibujaban las grandes avenidas donde se iban a levantar hoteles, casinos tipo las Vegas y miles de viviendas del fallido Reino. Una 'fortuna' (Baraka) quiere resucitar un proyecto que se enterró con la burbuja inmobiliaria de 2010. En ese mismo año, el Ayuntamiento de Ciudad Real puso en pause cualquier avance burocrático municipal al no dar luz verde a la urbanización de un proyecto que nació no sin cierta polémica. 

Catorce años después y un largo concurso de acreedores, el Reino don Quijote 'resucita' con la propuesta de reparcelación de un área de más de 300 hectáreas para una construcción máxima de 5.500 viviendas. El promotor interesado es un conocido constructor, hecho a sí mismo, dueño del holding empresarial Baraka. Se trata del murciano Trinitario Casanova. Hace dos años, a través de un auto del juez Carmelo Ordóñez, magistrado que lideró la compleja y no exenta de polémica liquidación y venta del aeropuerto de Ciudad Real, desveló el interés de esta inmobiliaria por hacerse con lo que quedaba del Reino de Don Quijote. La oferta: 5,5 millones de euros, siempre y cuando el Ayuntamiento de Ciudad Real llevara a cabo la reparcelación y nombrara agente urbanizador a la compañía ofertante. 

Como suele ocurrir en estos tipos de casos, el silencio manda. El cerrojazo informativo en los juzgados, en el Consistorio y en la propia empresa empañan una propuesta que aboca a la ciudad a una incertidumbre más si cabe en su planeamiento urbanístico. Fuentes del sector inmobiliario no entienden el interés que puede tener la constructora de Trinitario Casanova en los terrenos del proyecto fallido, sobre todo, en el atractivo de resucitar algo parecido o levantar urbanizaciones cuando la demanda en la capital es escasa. 

¿quién es trinitario casanova? El fundador de Baraka es uno de los integrantes de la lista de los más ricos de España de 2024. Con un patrimonio neto cercano a los 180 millones de euros, su compañía participa en la Operación Chamartín, una de las operaciones urbanísticas más importantes de Europa y de la que alberga derechos sobre 1,2 millones de metros cuadrados; es responsable de la rehabilitación del edificio España de Madrid, después de protagonizar una polémica compraventa al chino Wanda para hacer de intermediario de Riu. En definitiva, es un tiburón del ladrillo al que se le desconoce su intención en un posible desembarco en Ciudad Real. Hay empresarios que creen que podría «dar el paso o hacer de intermediario, pero para qué», se preguntan. Este periódico ha intentado obtener una respuesta de Baraka sin éxito.  El Ayuntamiento aguarda no sin ciertas reservas a una operación que podría hipotecar el crecimiento de la ciudad.