La campaña arqueológica que se ha desarrollado en el Conjunto Arqueológico del Castillo de La Estrella de Montiel en 2022 ha logrado unos resultados "muy significativos y, desde el punto de vista histórico, espectaculares", con la localización e identificación de la fragua principal de la fortaleza, fechada entre finales del siglo XIV y mediados del XV.
Así lo ha asegurado uno de los arqueólogos de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) que ha dirigido esta actuación, David Gallego, junto al también arqueólogo Jesús Molero y la conservadora Cristina Peña, con el apoyo de un equipo técnico de esta misma universidad y otros investigadores que se han sumado al proyecto.
En esta campaña, enmarcada dentro del Plan Recual de la Junta y la investigación del Grado de Historia de la UCLM, se tenía previsto, como objetivos básicos, continuar avanzando en el estudio de la zona exterior de la iglesia de los caballeros de Santiago, ubicada en el frente sur del castillo, por lo que se amplió la zona de excavación.
De esta manera, ha indicado Gallego, se ha podido localizar, al este de la misma, una amplia estancia de planta rectangular de 60 metros cuadrados que se adosaba al templo y a la muralla, conectando con el área principal del castillo, muy próxima al área de la puerta de Hierro.
ESTÁ FECHADA ENTRE FINALES DEL SIGLO XIV E INICIOS DEL SIGLO XV
En su interior se han documentado hasta tres grandes fases de ocupación superpuesta pero, en la más antigua, fechada entre finales del siglo XIV e inicios del XV, se ha podido identificar la existencia, posiblemente, de la principal fragua de la fortaleza, que conservaba un nivel de uso tallado en la roca y cubierto de un suelo de tierra torrefacta.
Dentro de la misma se han localizado tres hornos: uno principal, de planta circular y realizado en adobe, de un metro de diámetro, así como dos pequeños hornos de pequeño tamaño, cuya cámara cilíndrica se talla en la roca y donde se pudo recuperar la última carga de uso, con pequeños fragmentos de hierro y el material de combustión a base de arena arcillosa y restos vegetales.
En el resto de la estancia se ha localizado, en la zona central, una gran piedra para la colocación del yunque, los vestigios del anclaje de una tinaja o pileta y, junto a la misma, un canal de salida de agua que permitía evacuar las aguas que se utilizaban durante el proceso de forja.
"Los materiales arqueológicos han sido, ciertamente, interesantes y se asocian con el hallazgo en la campaña pasada, de todo un conjunto de armamento en transformación", ha destacado el arqueólogo.
De hecho, ha detallado David Gallego, dentro de la estancia se han recuperado diversos fragmentos de hierro, como alguna punta de flecha, y bronce, como fíbulas o pinjantes, algunos de ellos en los entornos de los hornos donde iban a ser transformados, destacando, además, un pequeño crisol relacionado con la actividad.
Posteriormente, ya en el siglo XVI, este espacio se suprimió para usos residenciales y se amortizaron todas las estructuras de la fragua anterior, dejando sellado todo el nivel arqueológico.
PERMITIRÁ CONOCER EL PROCESO DE FORJA
El equipo que ha trabajado en la identificación de la fragua ha calificado su hallazgo como uno de los más interesantes, a nivel peninsular, por el estado de conservación de la estructura y los materiales recuperados, para poder conocer cómo era el proceso de forja y transformación de los metales en un contexto militar como eran estas fortalezas de las Órdenes Militares.
Las excavaciones realizadas en la fortaleza están subvencionadas con cargo a las Ayudas a la investigación arqueológica de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, y el apoyo de la Fundación Castillo de la Estrella y el Ayuntamiento de Montiel, una pequeña localidad de algo más de 1.300 habitantes orgullosa de su pasado medieval y de un patrimonio hasta hace unos años desconocido.