El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel pide agua. No llueve lo suficiente para solventar la situación crítica por la que atraviesa el humedal en los últimos años debido a la sequía más grave y larga por la que pasa España desde el año 1995. Para su supervivencia, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) activó el 20 de diciembre los pozos de emergencia con el objetivo de garantizar la humectación de una parte del paquete de turbas del parque nacional, «con objeto de evitar el riesgo de autocombustión espontánea que de forma natural puede originarse en estos ecosistemas». Un capítulo que Las Tablas de Daimiel ya vivieron en 2009 cuando el subsuelo empezó a arder por falta de agua.
Por ello, ante el proceso de degradación de sus turbas, que podría dar lugar a su autocombustión, todas las miradas se centran ahora en mantener húmeda la zona de turbas y evitar que se incendien. Y de momento, el objetivo va camino de lograrse, pues desde que los pozos empezaron a bombear aportando 900 litros por segundo, el parque cuenta con unas cuarenta hectáreas encharcadas de las más de 1.800 que conforman la superficie inundable. Es el doble de lo que tenía a principios de noviembre, cuando sólo había 22 hectáreas con agua.
Gracias a ese aporte hídrico, la inundación es visible ya en el itinerario de la Isla del Pan y en el de la Laguna Permanente, aunque «el frente del avance superficial se encuentra en el entorno de la Isla de las Cañas, donde se inició el fuego del subsuelo en 2009. Es una zona con una gran potencia de turbas y las está saturando», comentan a La Tribuna fuentes de la Consejería de Desarrollo Sostenible.
Los pozos de emergencia inundan 40 hectáreas de Las Tablas - Foto: Rueda Villaverde«El agua ya se nota bastante» en Las Tablas. Son las palabras de Jesús Pozuelo, presidente de la asociación turística daimieleña y gerente de Destinos Manchegos, quien recuerda cómo la falta de agua en el parque obligó el pasado verano a suspender las visitas guiadas, que se retomaron en septiembre. Ahora, su imagen es diferente y los turistas pueden contemplar un humedal al que «día a día le va llegando agua» y más avifauna. «En el momento que hay más agua, los animales se van también a esas zonas donde ya hay bastantes cigüeñas, grullas, patos colorados...», comenta al tiempo que reconoce que el parque «tiene mejor presencia en estos días». La llegada del agua ha sido «inmediata», asegura, y eso se notará también en la llegada de más turistas.
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«evitar parches». El presidente de la Comunidad de Usuarios de la Masa de Agua Subterránea (CUAS) de Mancha Occidental I, Ángel Bellón, lamenta, en declaraciones a este medio, que en el último Pleno del Patronato, celebrado a principios de diciembre, no se dio «ninguna información» sobre la puesta en marcha de los pozos de emergencia. En este sentido, el presidente de Mancha Occidental I, donde se encuentra el parque nacional, enfatiza que la Comunidad de Usuarios defiende un aporte desde el Acueducto Tajo-Segura (ATS), como «así está legislado», de entre 10 y 15 hectómetros para «evitar así parches». «Llevamos 50 años trabajando para solucionar el problema de Las Tablas, y no hemos sido capaces por falta de coherencia entre las administraciones. Nosotros ya hemos avisado en distintas ocasiones que con ese aporte de 10 y 15 hectómetros el parque estaría hoy con sus 300 ó 400 hectáreas inundadas y no con un encharcamiento mínimo como lo está ahora».