El volcán surgido el pasado domingo tras una erupción que se originó en la zona de Cabeza de Vaca, en el municipio de El Paso, en la isla de La Palma, además del flujo de lava, está liberando una gran cantidad de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera. Así, el pronóstico de SO2 proporcionado por el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus para el 24 de septiembre a las 09.00 UTC (10.00 hora canaria) indica que el dióxido de azufre empezará a avanzar por el Mediterráneo. En concreto, afectará a gran parte de la Península e Islas Baleares; sur de Francia; norte de África; Córcega, Cerdeña y Sicilia, así como oeste y sur de Italia.
No será hasta el viernes, sin embargo, cuando esa nube se adentrará por la Península y llegará hasta la provincia de Ciudad Real entorno a las siete de la tarde.
Los científicos de Copernicus aseguran que las partículas que conforman la nube tóxica no entrañará ningún riesgo para la población puesto que llegarán muy diluidas. Sí podría tener más efecto en la propia isla, especialmente cuando la lava llegue al mar. En ese momento, habrá una emisión bastante importante de gases nocivos, como el dióxido de azufre.
La primera estimación de la cantidad de dióxido de azufre (SO2) emitido a la atmósfera por el volcán de La Palma es del orden de 6.000 a 9.000 toneladas diarias, según el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), donde la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ve «poco probable en estos momentos» que se produzca lluvia ácida en zonas pobladas, a consecuencia de los gases tóxicos que emanan de la erupción volcánica que se inició este domingo, a las 15.14 horas en la isla de La Palma, aunque esta hipótesis tampoco es «descartable».