Julián Amores, entre la prudencia y la ambición

Eduardo Gómez
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El presidente del Caserío concede licencia para soñar tras la primera gran vuelta del equipo, colíder de la División de Honor Plata

Julián Amores, presidente del Caserío, en la gala de presentación de la temporada. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El Balonmano Caserío puso con su victoria ante el Sinfín Santander, recién descendido de Liga Asobal, un broche de oro a un año 2024 inolvidable, en el que disputó por primera vez la fase de ascenso a la Liga Asobal y la fase final de la Copa del Rey. 

El equipo que entrena Santi Urdiales concluyó la primera vuelta empatado a puntos en el liderato de Plata con el Alicante y el presidente del club, Julián Amores, receta ambición y prudencia para la segunda parte de la temporada.

«Como directivos tenemos que ser prudentes y pedir ir partido a partido porque esto da muchas vueltas y en esta competición esta temporada está habiendo muchas sorpresas». Ahora bien, Amores considera «lógico y lícito» que la afición del club y todo su entorno estén ilusionados con el ascenso. «Yo entiendo a la afición y es comprensible que piensen en el ascenso, se lo merecen, igual que nuestra obligación como directivos es ser prudentes. Ir partido a partido no está reñido con soñar o tener esa ilusión», apuntó.

Además, avanzó que no habrá más movimientos en la plantilla tras las salidas a petición propia de José Luis Castilla y Nico Barceló y la llegada de Álex Díaz. «No habrá ni regalos ni carbón en ese sentido», bromeó el presidente del Caserío, que recordó lo competitiva e igualada que está la categoría en la presente campaña.

«Yo estoy muy satisfecho con el equipo por los valores que está transmitiendo de compromiso, lucha y entrega. Están acompañando, además, los resultados. La pasada campaña ya fue magnífica, mantuvimos buena parte del bloque y vamos a ver hasta dónde llegamos».   

EQUIPO FEMENINO. En cuanto al equipo femenino, que despide el año 2024 fuera de las posiciones de descenso en su estreno en Plata Femenina, el máximo dirigente del Caserío recordó la capacidad competitiva que está mostrando un conjunto «muy joven. La clave está en casa, pero con el paso de los partidos el equipo va ganando en confianza y experiencia». Además, resaltó la importancia de lograr la permanencia para que el proyecto siga creciendo y admitió la dificultad de encontrar apoyos.