Las obras de adecuación del entorno de la plaza de toros han descubierto los restos de lo que pudo ser la zona donde se ubicaba la muralla en la zona. El descubrimiento se produjo esta semana y ya se está analizado por los arqueólogos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y del Ayuntamiento de Ciudad Real. «Lo único que hay es el vaciado de la muralla, que son casi 2,40 metros de ancho, pero no dejaron nada, ni una piedra ni argamasa, y lo llenaron de escombro», comentó el edil de urbanismo, Alberto Lillo, quien recordó que «se sabía por las fotos aéreas de su momento que por esa zona podía haber estado la muralla», por lo que antes de realizar la obra se han realizado unas catas arqueológicas en la zona. De hecho, «el lunes se empezará a hacer otro sondeo más», apuntó el concejal, a unos 15 metros de donde se ha hecho el actual, para ver si queda algún resto de la construcción medieval.
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