Las grandes ciudades se han entregado en los últimos años a una carrera por encabezar las navidades más espectaculares. La iluminación constituye el punto fuerte de la programación festiva de muchos ayuntamientos, que intentan aprovechar el tirón turístico de las luces entre diciembre y enero. Las pequeñas poblaciones deben optar por la creatividad y un presupuesto más limitado para sorprender a sus vecinos y, quizás, a los forasteros atraídos por una propuesta extraordinaria. Una localidad de la provincia de Toledo ha unido a más de un centenar de vecinos para la consecución de una obra sobresaliente. Tanto, que incluso el Consistorio quiere dejar constancia de la singularidad de la iniciativa.
El municipio de Cazalegas, una localidad con unos 2.000 empadronados, ha montado el árbol de Navidad fabricado en croché con el que aspira a batir el record del mundo y su inclusión en el Guinness. El croché, ganchillo o tejido de gancho es una técnica para tejer labores con hilo o lana que utiliza una aguja corta y específica. Esta labor, similar al tricotado, consiste en pasar un anillo de hilo por encima de otro, aunque a diferencia de este, se trabaja solamente con uno de los anillos cada vez.
Elaborada por un conjunto de más de 100 mujeres de entre 9 y 85 años de edad y encabezadas por la concejala María Jesús Hormigos, la iniciativa ha perseguido, además de aportar a la decoración municipal de las fiestas, combatir la soledad no deseada y fortalecer los lazos entre generaciones, según remarca el Ayuntamiento de Cazalegas.
El alcalde de Cazalegas, Francisco Javier Blanco, expresa su «profunda satisfacción» por este logro y destaca el esfuerzo colectivo detrás de esta obra única. «Este gigantesco árbol es un motivo de orgullo para nuestro pueblo, un atractivo turístico que pone en valor nuestra comunidad y fomenta el desarrollo local, conocido por nuestra zona de ocio y el embalse».