Tomás Pina (14-10-1987. Villarta de San Juan) ha decidido poner fin a su carrera futbolística. A sus 36 años, su última temporada ha sido en el Real Murcia, equipo que le despidió haciéndole el pasillo de honor en el duelo frente al Atlético de Madrid B. Atrás quedan ya sus inicios en el fútbol de su localidad natal y Alcázar, pasando después por el Parla, Móstoles y Mallorca B. En Primera División disputó 301 partidos en el Mallorca, Villarreal y Alavés, e incluso tuvo experiencias en el extranjero en Bélgica con el Brujas y en el Henan Songshan Longmen del fútbol chino, antes de concluir su carrera deportiva en el Real Murcia en Primera RFEF. Ahora inicia una nueva etapa en lo personal, donde dispondrá de mucho más tiempo para estar junto a su mujer, Sandra, y su hijo, Tomás, y también en lo profesional, donde quiere formarse para seguir vinculado al mundo del fútbol.
¿Siente que era el momento idóneo para retirarse?
Es una decisión que tenía ya meditada. Yo quería retirarme en España y cerca de casa, sintiendo que era todavía un jugador importante. Seguro que hay momentos que lo echo de menos. Siempre he sido una persona discreta y quería decir adiós con mis amigos y mi familia. Lo que me da pena es que mi hijo no vaya a verme jugar más. Físicamente ya te das cuenta que con 36 años no es lo mismo. Viví la experiencia de China y al volver me di cuenta de que había cumplido los objetivos que podía lograr. Es cierto que podía haber estirado algo más mi carrera, pero ya no sentía esa motivación ni encontré algo que realmente me hiciera volver a sentir esas mariposas.
¿Qué se lleva del fútbol?
Buff, eso da para un libro. Muchas experiencias. Como deportista haber crecido y haber sido capaz de conseguir lo que me he propuesto, superando lesiones y ese estrés que genera siempre el competir al más alto nivel. Y en lo personal, siempre he tenido muy buena relación con los compañeros. El fútbol me ha ayudado a ponerme en el lugar de otros y ya en estos últimos años eres un poco como el mentor de los más jóvenes. He jugado en grandes estadios y repasando mi carrera llego a la conclusión de que tenía unas condiciones innatas, pero luego me lo he trabajado mucho.
Tomás Pina agarra a Leo Messi en un duelo en Mendizorroza. - Foto: EFE¿Qué equipos, jugadores y entrenadores le han marcado más?
Equipos, el Barça de Guardiola o de Luis Enrique. Entrenadores con el que más aprendí fui con Marcelino, pero también me marcó mucho Laudrup y me hubiese gustado haber tenido más tiempo para conocer a Mendilibar por su trato tan cercano. Y de jugadores me quedo con Bruno Soriano, 'Chori' Castro, Ramis o Aduriz. Todos han sido muy buenos e igual no han tenido ese reconocimiento que merecían. A Messi le considero de otro planeta, está por encima varios escalones. Lo hacía todo perfecto. Parecía que iba caminando, pero cuando arrancaba era imparable. Me acuerdo también de Iniesta, que era mucho más fuerte de lo que parecía.
¿Ha cambiado mucho el fútbol desde sus inicios?
A nivel técnico igual no, pero la preparación física es increíble. Cualquier equipo ya de Segunda RFEF está muy bien preparado.
Usted empezó a jugar en una localidad pequeña y llegó a la élite. ¿Qué le diría a los niños que empiezan ahora a jugar al fútbol?
Que esto es un viaje largo y hay momentos difíciles. De niño hay que disfrutar y pasarlo bien. No me parece bien la presión que se mete a muchos niños desde edades tan tempranas. Cuando me fui de Alcázar estaba ya a punto de cumplir los 18 años y logré llegar arriba. Ahora hay niños que se van muy pronto de su casa y ese es un precio muy alto que pagan, no estar con su familia, con su entorno... Hacer eso con mi hijo me costaría mucho. Lo más importante es la constancia y ser buenas persona. Nadie te va a preparar para esa montaña rusa que es el fútbol, que un día eres el mejor y al otro día ya no vales para nada. Todo eso se aprende a base de golpes.
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¿Le gustaría en el futuro seguir vinculado al fútbol?
Sí y quiero formarme para ello. Voy a estudiar para obtener los carnets de entrenador e intentaré colaborar con algún club, no sé aún de qué manera.