Veintiún años después de recibir el Premio de las Artes Escénicas de Castilla-La Mancha en el Festival de Almagro, Antonio Gades vuelve a estar presente en el evento escénico mediante una exposición que recuerda su vínculo con los clásicos. Cuatro tótems ilustrados con fotografías, figurines y textos ponen de relieve en la Casa Palacio de Juan Jedler la trascendencia de su Don Juan, de Carmen y de Fuenteovejuna.
«Yo, que no tuve la suerte de que me corriera sangre vocacional por la danza, sino anemia por hambre, hijo de un albañil de Elda […] aquí estoy recogiendo gustoso este homenaje que me brindan Almagro y su Festival, que cumple pronto un cuarto de siglo. En mis cincuenta años de profesional, disfruto con serenidad y satisfacción el haber dedicado mi vida al intento del trabajo bien hecho, y agradezco sinceramente el reconocimiento que, a través de mí, recoge la tan olvidada danza». Un extracto del discurso del artista al recibir en 2002 ese galardón de las Artes Escénicas de Castilla-La Mancha sirve de introducción a la muestra «Antonio Gades y los clásicos», presentada hoy por la directora del Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música (CDAEM), Ana Fernández Valbuena, el comisario de la exposición, Ángel Martínez Roger, y la directora de la Fundación Antonio Gades, María Eugenia Eiriz.
Las ayudas europeas del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia han permitido digitalizar el legado del bailarín, depositado en el CDAEM y en el Museo Nacional del Teatro por la Fundación Antonio Gades, «más de 20.000 documentos» de los que se ofrece una pequeña muestra en la exposición, ha recordado Ana Fernández Valbuena, y que se ampliará con un libro con el mismo título que abundará en esa mirada a los clásicos del icono del baile en España.
Almagro difunde el legado de Antonio Gades - Foto: © Pablo LorenteEl carácter «visionario» de Antonio Gades queda patente en los tres ejemplos representados en la exposición, donde fundió «la música culta con la más vernácula y popular» y la hacía accesible a «todo el mundo», ha destacado Ángel Martínez Roger. La directora de la Fundación ha valorado el hecho de que la exposición cuente a Antonio Gades desde el punto de vista teatral, al elegir tres obras suyas basadas en clásicos del patrimonio escénico. María Eugenia Eiriz ha celebrado que Gades llegue también «al templo del teatro» que es el Festival de Almagro.
La exposición remite también a otros nombres de referencia de las artes escénicas y la cultura españolas gracias a las colaboraciones en los espectáculos de personalidades como el músico Antón García Abril y el dramaturgo Alfredo Mañas (en Don Juan, de 1965), el cineasta Carlos Saura (en Carmen, de 1983) o el escritor José Caballero Bonald (en Fuenteovejuna, de 1994).
Antonio Gades y los clásicos, que permanecerá abierta hasta el 3 de septiembre, plasma el compromiso que el bailarín imprimió a sus espectáculos: «De Fuenteovejuna me interesó, sobre todo, el acto solidario de los perdedores, la dignidad y solidaridad frente al poder», recoge uno de los textos reproducidos en el corredor del Palacio de Juan Jedler. También su forma de beber de la tradición y llevarla a sus trabajos: «Estudié folklore como un poeta estudia la gramática, no se lo trinqué al pueblo para prostituirlo. Mi meta en este sentido siempre ha sido contar una historia con el baile, y aunque lo parezca, no me ha gustado nunca ser panfletario en el teatro, aunque tenga un compromiso social claro».