¿Por qué decide ponerse al frente de la asociación?
Porque es un colectivo de mucho peso y con el paso de los años estoy viendo cómo no mejora su prestigio, tanto a nivel de personal como incluso a nivel empresario. Creo que es un motor fundamental de la economía provincial, manchega y española y hay que intentar ponerlo en su sitio, en el que se merece.
Además, muchos compañeros piensan que estoy cualificado para tirar del carro y por eso he recogido el guante, con un importante apoyo en la asamblea y con bastante aceptación del proyecto por toda la gente.
¿Qué opinión le merece la gestión anterior de José Crespo?
Lo que ha logrado Pepe Crespo tiene mucho mérito porque ha conseguido con mucho sacrificio mantener el prestigio y en muy buena situación a la asociación. Además, ha conseguido que se haga un relevo, en este caso en mi nombre, muy positivo, de muchísima unidad y con muchas ganas. De hecho, cuento con él para todo lo que él quiera hacer dentro de la asociación, será más que bienvenido, y espero que me dé buenos consejos. Creo que ha sido ejemplar su actuación en estos 10 años y en la transición también, y eso es digno de reconocimiento.
Le he escuchado que se ha rodeado de un buen equipo de trabajo. Hábleme de él.
José Ángel Sánchez Maya ostentará la vicepresidencia general, como ya lo hacía con Pepe Crespo, y Andrés, Carmen, Isabel y Javi tendrán a cargo cada una de las otras cuatro vicepresidencias, sectorizadas en bares y barras;restaurantes; hoteles, casas rurales y catering; y el ocio nocturno, aunque ahora más bien se le debe decir también ocio de tardeo. A ellos hay que añadir un tesorero, un secretario y hasta 13 vocales. Son personas ilusionadas, con muchas ganas de trabajar, son personas con una edad y una experiencia muy adecuada a nuestra actividad, porque aunque todavía nos consideramos jóvenes, están ya muy curtidos en la profesión. Se han incorporado profesionales mujeres del sector que son grandísimas figuras de la hostelería y están ahí bregando en sus negocios cada día y han estado encantadísimas de que pueda contar con ellas, y yo, por supuesto, mucho más encantado.
En una provincia tan extensa como Ciudad Real, ¿cómo va a lograr llegar a todos sus rincones?
En la directiva hay gente de la zona de Tomelloso, de La Solana, de Puertollano, de la zona de Almadén... Pero a lo que voy a dar mucha importancia es a la figura de los delegados territoriales. Queremos llevar la asociación a todos los pueblos de esta provincia en la medida de lo posible. De este modo, podremos sin duda saber la problemática individual de cada zona y actuar sobre ella. Pretendo llegar a entre 6 y 10 comarcas, con delegaciones territoriales que tengan entre 3 y 5 miembros, con un delegado que estará en contacto directo conmigo, pero funcionando como mini juntas directivas, para que puedan tener cierta independencia en su labor y coordinarse con nosotros.
¿Cuál será el principal objetivo de esta nueva estructura de trabajo de la asociación?
La hostelería es un gran motor económico y funciona, gracias a Dios, pero necesita un empujón fuerte en la profesionalización, tanto del empresario como de los trabajadores. En este sentido, queremos llevar esa formación a través de las administraciones locales a los pueblos. ¿Por qué? Pues porque hay mucha gente joven, y no tan joven, que entendemos que tienen que ver la hostelería como una actividad muy digna y muy respetable, para ganarse la vida y poder quedarse en sus municipios, a vivir con sus familias, tener su vivienda, en fin, desarrollar en su localidad su vida, y permitir a la vez que en esas localidades siga existiendo una hostelería cada vez de más nivel.
Si fomentamos que haya profesionales del sector que tengan ilusión y vocación, estoy convencido de que generaremos un sector con un servicio de muchísima calidad y un nivel empresarial y laboral muy orgulloso de ser lo que son. Yo, al menos, así me siento. Mi idea y mi ilusión es que los trabajadores que nos acompañan tengan la misma ilusión, vocación, dedicación y ganas que nosotros, y que puedan salir a la calle diciendo soy cocinero, soy camarero, soy metre, soy recepcionista de hotel, y que con muchísimo orgullo viven de la profesión más bonita del mundo. ¿Por qué no?
¿Quién tiene la culpa de que esto suceda, de que el trabajo en la hostelería no esté bien valorado por la sociedad, en general?
Probablemente, los empresarios, asociados muchas veces con una tendencia social a que la profesión de camarero, y lo centro en camarero, pero hablo de todo el sector, es una profesión como denostada, como desprestigiada. Se piensa que el que no vale, a camarero, pero esto no es así. Ser camarero es una profesión dificilísima, con la atención al público, el conocimiento del producto, de las bebidas, de tu local, de la gente del barrio, es la cara visible del ocio de tu zona.
Es una profesión hecha y derecha y que requiere tiempo y dedicación, y por eso tiene una parte de vocación de servicio. Para mí es muy importante que eso se valore por la sociedad y voy a esforzarme en ello, voy a intentar que así sea. Y eso también implica enseñar al empresario a coordinar esa actividad laboral con la vida personal de sus trabajadores.
¿Hay mucho camino por recorrer para acabar con las jornadas laborales excesivas en el sector?
Muchísimo. El empresario de hostelería es un señor que está de sol a sol, es el primero que no tiene vida. Si el propio empresario no tiene vida más allá del trabajo, es difícil que valore que sus compañeros tengan que tener vida. Probablemente, es al primero haya que enseñarle, para que él pueda posteriormente transmitir esa enseñanza y conseguir un negocio donde la gente pueda funcionar con total normalidad sus 8 horas diarias, sus 40 horas semanales o las horas que sean, pero que luego puedan salir y tener su vida familiar, sus descansos, sus vacaciones...
¿Considera que se paga bien en el sector de la hostelería?
Yo, cuando veo a mis chicos trabajando, siempre les digo lo mismo, 'qué poco cobráis, leche', porque es un trabajo donde no se para. Me da pena que el empresario de hostelería no pueda pagar más, me da verdadera pena, y estoy seguro, y creo que esto lo puedo decir en voz alta, que casi todos los empresarios de hostelería querrían pagar más a sus trabajadores. Ahora bien, este negocio se basa en algo muy sencillo, en vender un producto a un precio, y de ahí le retraigo todos los gastos, de producto, impuestos, luz, agua, imprevistos, averías, inspecciones, sanciones, y por supuesto, el gasto más importante que tenemos, el de personal. Ajustar esa partida tan importante de personal con lo que tú estás vendiendo para conseguir un margen suficiente para mantener tu negocio es casi imposible hoy día.
En este sentido, yo le hago un llamamiento a las administraciones para que bajen los impuestos. Ya no digo a nosotros, bájenselo a los trabajadores, por favor.
Respetando la jornada laboral y ajustando los salarios, ¿se acabaría con el problema a la hora de encontrar trabajadores para el sector?
Estoy convencido totalmente. Y no solo este problema ese, sino el de la falta de profesionalización. A un profesional de la hostelería bien formado se le podría pagar más por algo muy sencillo, porque sin gran esfuerzo es capaz de hacer el trabajo de dos que no saben. Es simple. Hay trabajadores muy buenos de 40, 50 o 60 años, pero hay una desconexión entre esos señores que llevan esos años y la juventud de ahora. Hay que conseguir que los jóvenes se reflejen en estos profesionales, con todas las mejoras que podamos alcanzar.
¿Qué ha supuesto la incorporación del trabajador extranjero al sector?
Es un factor positivo. Es buen profesional, en líneas generales. El que tenga ganas de trabajar es buen profesional, venga de donde venga. Si el español es muy buen profesional, tiene que querer trabajar y tiene que querer aprender.
¿Es cierto que, en este sector, el trabajador extranjero dice sí al empleo que rechaza el trabajador español?
Yo no creo que sea así. El nicho de nuestro mercado laboral es tan grande que permite todo ese flujo de personas. Yo no veo diferencia en que un español no lo quiera, porque a mí me vienen muchos españoles. Lo que pasa es que vienen sin formación, vienen sin ganas, no vienen con la vocación de ser profesionales de la hostelería, vienen con vocación de ganar un dinero y hacer otra cosa. El extranjero, quizás esa es la diferencia, viene con más vocación de ser hostelero y de quedarse.
Y con la administración local, ¿cómo es la relación del sector de la hostelería? ¿Qué le pediría?
Nuestra principal demanda es la reducción de la burocratización. Es que pedir una terraza es una tortura, sin ir más lejos. Yo voy a promover con las administraciones locales la agilidad en los trámites de las licencias y permisos necesarios para desarrollar nuestra actividad.
Con la administración hay buena relación y escuchan nuestras demandas. El Ayuntamiento de Ciudad Real ha contado con nosotros en la normativa de terrazas que está elaborando, nos ha pedido ayuda, nos ha pedido opinión. O sea que la administración en eso está muy volcada y además nos está escuchando. También queremos promocionar nuestro turismo, nuestra cultura y nuestro ocio a través de las administraciones.
Un sector en auge en la provincia es el turismo interior y las casas rurales. ¿Qué planes tiene?
Las casas rurales se lo guisan y se lo comen y trabajan muchísimo. Son personas que están de sol a sol trabajando, y algunas pertenecen a asociaciones locales. Mi idea es poder promocionar las casas rurales, intentar hacer una red para que seamos más fuertes en todo nuestro territorio. Ahora tenemos un proyectazo, que es el Geoparque, por el que están apostando las administraciones y en el que también nos queremos implicar todo lo que nos dejen. Hay que traer ese turismo a las poblaciones pequeñas, y cuando las conozca, seguro que volverá.