La Constitución Española de 1812 contempló la creación de las diputaciones provinciales. Los diputados liberales, reunidos en Cádiz para debatir el texto constitucional, acordaron dividir el territorio nacional en provincias y otorgarle cierta autonomía administrativa. Estas nuevas instituciones no fueron ajenas a los cambios políticos del primer tercio del siglo XIX. Así, las diputaciones fueron suprimidas en 1814, con la llegada de Fernando VII al poder, y reaparecieron durante el Trienio Liberal (1820-1823).

Las diputaciones no se constituyeron simultáneamente en todas las provincias. Tuvieron un principio muy irregular, tanto en el ejercicio de su actividad como en el ámbito geográfico. La Diputación Provincial de Ciudad Real se constituyó el 5 de noviembre de 1835, a los 23 años de haberse acordado su creación. En un principio, al no contar con edificio propio y tampoco existir en la ciudad grandes edificaciones que pudieran acoger a la institución recién creada, estuvo desarrollando su actividad administrativa y política en diversos edificios. La última ubicación que tuvo fue el edificio que construyó Dámaso Barrenengoa, en el número 1 de la calle Caballeros. Este edificio acogió también la Academia General de Enseñanza y el Gobierno Civil, entre otras instituciones. Sobre su solar se construyó el edificio del actual Museo Provincial.

En el edificio de la calle Caballeros tuvo su sede la Diputación Provincial desde 1880 hasta 1893, fecha en que fue inaugurado el edificio del Palacio Provincial. La idea de construir un edificio propio surgió diez años antes, en 1883. La Corporación Provincial se vio en la necesidad de construir un edificio amplio con las dependencias suficientes para poder acoger todos sus servicios. Después de valorar distintas posibilidades, se eligió como emplazamiento más idóneo un solar de la calle Toledo, donde estuvo ubicada la antigua Vicaría Eclesiástica de Ciudad Real.

130 años del Palacio Provincial - Foto: Rueda VillaverdeEn la sesión plenaria de la Diputación Provincial del 6 de noviembre de 1886 se acordó comprar al Obispado Priorato el edificio de la Vicaría, donde desde 1878 cursaban los estudios eclesiásticos los futuros sacerdotes.

La redacción del proyecto del futuro edificio de la Diputación fue encargado al arquitecto provincial Sebastián Rebollar Muñoz, quien propuso a la Corporación Provincial que aumentara el solar existente con la compra de unos terrenos aledaños con la iglesia del antiguo convento de los padres mercedarios, que estaban destinados a graneros o pósito de granos, propiedad de la familia Muñoz Jaraba, con lo que las dimensiones del solar resultante se adaptarían mejor al proyecto de Rebollar.

En marzo de 1899 se aprobó en Pleno la construcción del Palacio Provincial y el 6 de agosto de ese mismo año se puso la primera piedra del edificio. Las obras de construcción se prolongaron tres años, terminándose en agosto de 1892, aunque hasta el 5 de octubre de 1893 no fueron recepcionadas oficialmente.

El edificio de Sebastián Rebollar es de planta irregular y dos alturas, consta de tres fachadas y fue construido a base de ladrillo rojo y piedra caliza blanca. Las esquinas se rematan con dos torreones cupulados que articulan las tres fachadas. La principal y de mayores dimensiones está situada frente a la plaza de la Constitución;la segunda da a la plazuela de la Merced y la tercera es la de la calle Rosa.

La fachada principal destaca por su monumentalidad, resaltando su puerta de entrada de arco de medio punto, seis grandes ventanales y balcones a cada lado, y un amplio balcón rematado por un frontispicio curvo con la imagen sedente de Alfonso X 'El Sabio'.

Este año se están celebrando los 130 años de existencia de este emblemático y singular edificio, que es de los más representativos de la arquitectura civil ciudadrealeña.