La profesión farmacéutica en la provincia

Sagrario Pérez de Agreda
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La salida profesional más frecuente para los farmacéuticos sigue siendo la farmacia comunitaria

La profesión farmacéutica en la provincia

Los farmacéuticos son los profesionales sanitarios cuya actividad se centra fundamentalmente en el medicamento. La Ley 44/2003 de Ordenación de las profesiones sanitarias, atribuye a los farmacéuticos «las actividades dirigidas a la producción, conservación y dispensación de los medicamentos, así como la colaboración en los procesos analíticos, farmacoterapéuticos y de vigilancia de la salud pública».

El Grado en Farmacia se incluye en la rama de Ciencias de la Salud y su objetivo fundamental es la formación de expertos en todos los aspectos relacionados con los medicamentos. La duración de los estudios es de cinco años de enseñanza teórico-práctica, pudiéndose optar posteriormente a una formación especializada.

Las especializaciones de ámbito clínico se llevan a cabo en hospitales mediante el programa de Farmacéuticos Internos Residentes (FIR) y son las siguientes: Análisis Clínicos, Farmacia Hospitalaria, Microbiología y Parasitología, Bioquímica Clínica, Inmunología y Radiofarmacia.

En España, los principales campos de ejercicio para el farmacéutico son los siguientes: farmacia comunitaria, farmacia hospitalaria, distribución farmacéutica, industria farmacéutica, alimentación y nutrición, sanidad ambiental, análisis clínicos, análisis de medicamentos y drogas, salud pública, administración pública, investigación y docencia, entre otros.

El farmacéutico de hospital, por ejemplo, se encarga de la selección de los medicamentos que se deben adquirir, su custodia y correcta conservación. Se encarga, asimismo, de la dispensación de todos los tratamientos tanto intrahospitalarios como extrahospitalarios, así como de la preparación de las fórmulas magistrales para aquellos medicamentos que no están comercializados o pacientes con dificultad de deglución. Es de especial interés su participación en el área de ensayos clínicos, ya que custodian y dispensan las moléculas del ensayo antes de ser administradas.

El farmacéutico de la distribución, por su parte, asegura la calidad, correcto suministro y lucha contra la falsificación de medicamentos garantizando la legitimidad de su origen. Asegura además que el medicamento llegue hasta el último rincón de la geografía en igualdad de condiciones y adecuadamente conservado.

La salida profesional más frecuente para los farmacéuticos sigue siendo la farmacia comunitaria. Entre las funciones que la ley encomienda al farmacéutico comunitario destaca la adquisición, custodia, conservación y dispensación de los medicamentos y productos sanitarios, lo que garantiza que el producto que llega al paciente mantiene la actividad farmacológica y las especificaciones autorizadas para su uso, y que la trazabilidad está asegurada.

Por otra parte, en los últimos años, la inicial función elaboradora y dispensadora de la farmacia comunitaria ha evolucionado hacia una labor más asistencial, centrada en el paciente y en el uso correcto de los medicamentos a través de los servicios profesionales farmacéuticos.

Se trata de servicios como la indicación farmacéutica, la conciliación de la medicación, los sistemas personalizados de dosificación o los programas de adherencia terapéutica entre otros que, además de reducir los problemas relacionados con los medicamentos y mejorar la calidad de vida y la salud de los pacientes, resultan económicamente eficientes para el sistema sanitario, al reducir costes, hospitalizaciones y la morbimortalidad de los pacientes.

Un nuevo reto se abre para los colegios de farmacéuticos: ayudar a que sus colegiados puedan dar respuesta a la evolución de la profesión. Deben facilitar el acceso a la formación de calidad de sus colegiados, deben hacer llegar a la población lo que los profesionales farmacéuticos pueden hacer por su salud, y lo que es más importante, deben establecer un dialogo con la administración sanitaria para que el farmacéutico pueda repercutir todo su potencial en beneficio de la salud de la población.