«Puertollano es una ciudad que está preparada para crecer y mejorar»

Diego Rodríguez
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Entrevista con Mayte Fernández, alcaldesa de Puertollano

María Teresa Fernández Molina, alcaldesa de Puertollano. - Foto: / RUEDA VILLAVERDE

María Teresa Fernández Molina (Puertollano, 1977) es la primera mujer que se ostenta la Alcaldía de Puertollano, cargo que ostenta desde el 31 de julio de 2013 en sustitución de Joaquín Hermoso Murillo. Maestra de Educación Primaria y afiliada al PSOE desde muy joven, ha pasado por gran parte de las áreas municipales desde que en 2007 entró a formar parte de la Corporación. En su partido ha sido secretaria de Organización a nivel local y actualmente vocal en la comisión ejecutiva federal.

¿Qué balance hace de este pasado año 2013 en Puertollano y de estos cinco meses desde que ostenta la Alcaldía?

El Ayuntamiento ha tenido que adaptarse a una nueva dirección porque aunque estaba en el equipo de Gobierno, por lo general la Corporación ha tenido que adaptarse a una nueva alcaldesa que llegó a mediados de año con un compromiso de gobierno adaptado a estos momentos. El Ayuntamiento ha hecho un ejercicio de responsabilidad para adaptarse a esta nueva situación, desde los funcionarios hasta los miembros de la Corporación. Han sido cinco meses de nuevas ideas, de estudiar muy bien la realidad y de compromisos políticos. Cinco meses de mucho trabajo para cogerle el pulso al Ayuntamiento y, sobre todo, para abrir el Ayuntamiento a la ciudadanía e intentar estar más tiempo que fuera del despacho para conocer a la ciudadanía.

¿Esta política de acercarse más a la ciudadanía es para darse a conocer más en estos momentos o será la tónica dominante de la legislatura?

La mayoría de la gente ya me conocía del tiempo en el que he sido edil, así que sobre todo lo hago por principios. La política debe basarse en el contacto diario y directo con la gente, para conocer sus inquietudes y apoyar sus iniciativas. Y a mí me gusta hacerlo en primera persona. Me encanta la gente y me siento como una ciudadana más, y para que el Ayuntamiento se abra a la ciudadanía, lo principal es que la alcaldesa esté con la gente. Éste es uno de los principales compromisos del Plan de Actuación Municipal. El Ayuntamiento es del pueblo y el pueblo es de la gente. Los políticos tenemos que bajarnos de los pedestales, porque los pedestales no sirven para nada. Desde un pedestal no se puede conocer lo que quiere la gente.

Aunque usted conocía la mayoría de las áreas municipales al haber sido titular de varias concejalías, ¿cómo es este nuevo cargo tras casi medio año al frente?

La gestión la conocía muy bien porque he pasado por casi todas las concejalías y la gente me lo ha puesto todo muy fácil. Todavía no ha llegado el momento para que se me examine; será a lo largo de este año 2014 cuando tenga que examinarme, en un año en el que la gente me mirará de otra manera. La mayor diferencia respecto a edil está en la responsabilidad, ya que ahora soy yo la que tengo la última decisión. Y esto lo asumo con mucho optimismo y con mucha alegría. No lo veo como algo difícil, pero sí como algo que necesita de mucho trabajo.

La semana pasada se aprobó el presupuesto municipal para este año 2014 después de un ejercicio con las cuentas prorrogadas de 2012. ¿Ha sido difícil gobernar con un presupuesto prorrogado?

Trabajar con un presupuesto prorrogado cuando no se tiene mayoría absoluta es complicado, puesto que cada modificación de crédito y cada gasto por pequeño que sea hay que explicarlo y llevarlo a Pleno. Ese trabajo intenso de hacer política, de negociar y de hacer propuestas suele convertirse en el protagonista de este pasado año. Siempre he dicho que se puede trabajar con un presupuesto prorrogado, pero siempre será mucho mejor y más cómodo tener un presupuesto. Aunque si hay que hacer modificaciones de crédito, se harán. Aún así, creo que el ejercicio 2013 ha hecho que acabemos bastante bien económicamente, con un porcentaje de ahorro muy importante y además hemos bajado en seis millones de euros la deuda. Los concejales han hecho grandes esfuerzos para reducir gastos y mejorar en eficiencia. 2013 no ha sido mal año.

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