El trabajo que científicos e investigadores vienen desarrollando desde la entrada en erupción del volcán en el Parque Natural de Cumbre Vieja, en La Palma, está resultando clave en la gestión de la crisis generada por un fenómeno natural que desde hace cincuenta años no se repetía en España.
Dos investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que durante varios días han trabajado en el Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (PEVOLCA), puesto en marcha tras la erupción, han relatado a Efe cómo los trabajos de decenas de científicos e investigadores han permitido conformar un amplio grupo de conocimiento cuyo trabajo se está demostrado eficaz en la crisis.
Rafael Ubaldo Gosálvez y Rafael Becerra, geógrafos adscritos al grupo de investigación Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas (GEOVOL), han destacado que la coordinación a través del PEVOLCA ha permitido integrar a equipos multidisciplinares en investigación y gestión que han puesto al servicio de la sociedad su trabajo, dando una información objetiva y científica que ha permitido a los gestores y políticos tomar las decisiones oportunas en cada momento.
Los dos investigadores de la UCLM han reflexionado sobre cómo en esta crisis ha quedado demostrado que "no hay una institución que pueda tener todos los recursos necesarios para afrontarla", por lo que era necesario contar con un trabajo multidisciplinar en volcanología que lograra evitar lo más importante, que hubiera víctimas mortales.
A pesar de la escasa inversión que se está haciendo en ciencia en las últimas décadas, han advertido, "la rentabilidad del trabajo científico no ha mermado, devolviéndole a la sociedad mucho más de lo que se ha invertido, logrando que no haya habido ninguna víctima mortal, ni durante el proceso de la apertura del volcán, ni durante los días en los que se está produciendo la erupción".
El volcán de La Palma, desde que entró en erupción, ha estado continuamente monitorizado, lo que, han dicho, ha permitido que se haya podido ver desde cómo empezaba su actividad hasta cómo ha ido evolucionando minuto a minuto.
El PEVOLCA, han advertido, permitió determinar prácticamente donde iba a empezar la erupción, lo que hizo posible que se pudiera evacuar las zonas afectadas y anticiparse a los riesgos que se pudieran ocasionar".
Instituciones como el Instituto Volcanológico de Canarias S. A. (INVOLCAN), el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) o la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) son algunas de las que tienen desplazados en estos momentos a sus científicos en la isla de La Palma.
Pero hasta allí también han llegado numerosos investigadores de universidades del país, además de miembros de instituciones internacionales como los del Istituto Nazionale di Geofisica e Vulcanologia (INGV) de Italia, con los que realizaron trabajo de campo los investigadores manchegos y el investigador de la Universidad de La Laguna (ULL) Javier Dóniz Páez.
La medición de los gases, la toma de imágenes aéreas, el análisis de los registro de seísmos, la toma de muestras químicas, el estudio petrológico, la toma de imágenes aéreas, los cálculos de los riesgos o el análisis de la evolución de las coladas, han señalado, han sido datos básicos que han servido para el asesoramiento de los responsables de la gestión de la crisis de cara a coordinar los equipos de emergencia que después han protegido a la población.
Ambos científicos, que acumulan experiencia en el estudio de los volcanes en Italia (Etna y Vesubio), en Cabo Verde o en México (Popocatépetl) y en especial en la región del Campo de Calatrava, en Ciudad Real, una de las zonas de volcanismo reciente más importantes de la Península Ibérica, han trabajado en el estudio de la dinámica y el proceso eruptivo del volcán de La Palma y en sus riesgos asociados.
Junto a la Universidad de La Laguna y el INVOLCAN, del que Geovol es colaborador científico desde hace años, han recabado información que ha sido de mucha utilidad en la crisis actual y que también lo será en el futuro.
Gosálvez y Becerra, que han trabajado de forma coordinada con otras dos colegas del grupo GEOVOL, Elena González Cárdenas y Estela Escobar, que han estado realizando trabajo de gabinete desde Ciudad Real, han explicado que el resultado de este trabajo les permitirá conocer más aspectos de la génesis de parte de los edificios volcánicos del Campo de Calatrava, cuya dinámica y procesos eruptivos fueron muy similares a la del volcán de Cumbre Vieja.