En torno a medio centenar de mujeres forman la primera promoción de hermanas de la Virgen del Prado que ayer se colocaron por primera vez y con todo derecho la medalla de esta agrupación en plena igualdad con sus nuevos compañeros varones.
Del éxito de la iniciativa que refrendó el obispo, Gerardo Melgar, el pasado mes de marzo, da cuenta que en este acto las mujeres que se incorporaron a la hermandad sumaron más del doble que sus compañeros varones.
El acto sirvió también para que los recién llegados a esta corporación completaran los juramentos que les exige las reglas de la hermandad, así como para hacer entrega de la insignia de plata a quienes suman más de 25 años de permanencia en sus filas y la de oro a quienes llegaron a los 50 años en dicho compromiso.
Las primeras hermanas de la Virgen tienen sus medallas - Foto: Laura ArroyoPreviamente, el presidente del Cabildo de la catedral, Bernardo Torres, se dirigió a los presentes para recordar que entrar en una hermandad “no es como incorporarse a otro grupo cualquiera”, puesto que en ella se adquiere el compromiso de “vivir la fe”, de formarse como cristianos en comunión con la Iglesia, así como se establece un vínculo de devoción a la Virgen María como mediadora.
A la finalización del acto, una de las nuevas hermanas de la Virgen del Prado, Carmen María Novalbos, mostró su alegría a La Tribuna por formar parte de esta primera ‘promoción’. “Estaba esperando que llegara este momento para ponerme en manos de la patrona”, a pesar de que ya formaba parte de otras hermandades de la ciudad. En este sentido, recuerda que sin embargo en el pasado “no había manera” de que una mujer entrara en dicha hermandad.
Novalbos afirma que la entrada de la mujer en este colectivo era una demanda muy sentida. Al tiempo que augura que la presencia mayoritaria de mujeres postulantes se repetirá en los próximos años. “Se está corriendo la voz y muchas mujeres se van a ir haciendo hermanas, lo estaban deseando pero no sabían como se hacía”, explicó.