El primero de los llamados santos viejos, que se celebra en el año, es San Antón. El barrio de Santa María se prepara para celebrar los actos y festejos que cada año ha organizado la Hermandad y que son los tradicionales, los que cada año esperan los fieles del Santo y todos los que disfrutan de las tradiciones de Alcázar.
San Antón y su gorrino se preparan en estos días de fiesta para recibir a cuantas personas se acercan hasta la iglesia y a todos los que participan en el resto de actos como son las hogueras y la procesión. Durante toda la semana se ha celebrado el novenario en la iglesia y es el sábado cuando por la tarde se celebra la tradicional subasta de los objetos ha han ido donando las distintas empresas y tiendas para colaborar con la Hermandad. En esta tradicional subasta, en la que la hermandad anima a participar pujando por los objetos que se muestran, se pueden encontrar desde meriendas completas, con pan chorizos, etc, hasta hornazos y roscón de reyes. También se subastan productos de belleza, e incluso pequeños electrodomésticos. Es una de las tradiciones más antiguas que quizá se esté perdiendo por falta de aficionados a participar en ella.
Concluida la subasta se procede al encendido de la hoguera, dicen los que la hermandad que es para quemar lo malo y purificar. Hasta la placeta se acercan los fieles y muchas personas a las que les gusta disfrutar de las tradiciones que forman parte del folclore de un pueblo. El concejal Benjamín Gallego, que acompañaba, junto a otros concejales, a la Hermandad, hablaba de este día tan significativo para los alcazareños en los que el pueblo huele a leña y la gente se acerca a participar en la gran hoguera.
Durante un rato se comparte tiempo y espacio, a la luz y el calor de la hoguera, empiezan los actos que con tanta ilusión preparan cada año los responsables de la Hermandad, por lo que el concejal agradecía su esfuerzo y se mostraba el apoyo del ayuntamiento. Los más jóvenes han encontrado su lugar de reunión en otra zona donde se pueden hacer hogueras sin estropear el asfalto o la vía pública. Es en la zona cercana al cementerio donde se reúnen en grupos organizados, donde siempre debe haber un mayor de edad.
El domingo la luz cambia y de mañana, tras la función, sale la procesión.
San Antón siempre ha ido acompañado por sus gorrinos que se sorteaban, pero ahora los gorrinos se entregan ya arreglados para su consumo, para evitar cualquier problema sanitario. Eso sí, sigue acompañado de sus mulillas que cada año les ofrece la misma familia. Acompañan también al santo autoridades eclesiásticas y civiles. El párroco Javier Quevedo y el teniente de alcaldes Gonzalo Redondo entre otros. También desfila la Banda de música, como no puede ser de otra manera, y muchos niños y niñas con sus mascotas, ya que es el patrón de los animales. El cura al final del recorrido bendice a los asistentes. Una fiesta y una tradición que se celebra justo cuando van creciendo los días porque en San Antón las cinco y con sol y una hora más en San Sebastián que ya viene de camino.