Cuatro años, ocho meses, una semana y dos días después, Ciudad Real volvió a vivir la fiesta de los toros. 1.714 días después volvieron a sonar los clarines para acompañar a los diestros Roca Rey, Emilio de Justo y Morante de la Puebla, los protagonistas de la tarde del reencuentro de Ciudad Real con la fiesta, tras casi cinco años en blanco, primero por el coronavirus y después por las obras de remodelación del edificio del siglo XIX.
La afición respondió ante una tarde que amenazaba con lluvia. Entre ellas, Luisa Rodero. Con la mirada puesta en un cielo «que se ha puesto un poco más triste de lo que esperamos», se mostraba «confiada en tener una buena tarde de toros». «Hay una gran ilusión entre la gente por ver qué nos dan los maestros y más después de que Roca Rey saliera, la semana pasada, por la Puerta del Príncipe de Sevilla. Esperamos que en esta gran plaza que tenemos se esmere y pueda hacer algo parecido», comentaba apenas unos minutos antes de iniciarse el festejo.
Desde Campo de Criptana se desplazaba a Ciudad Real Fernando Villafranca. «Hace ya tiempo que no veníamos y estamos deseando ver la corrida y más hoy, que es buena». Un reencuentro 'sorpresa' porque, hasta ayer, no había visto cómo quedó el resultado de las obras de remodelación que también conoció este domingo Eric Acosta. Peruano de nacimiento y residente en Ciudad Real, era fácil identificar entre la masa que se acercaba a la puerta grande. Vestido con la camiseta de fútbol de su país y con una bufanda del país sudamericano, Eric tenía claro a qué venía ayer: «A ver a mi paisano, a Roca Rey». Y ganas de ver a Emilio de Justo son las que tenía David Robledo. «Soy muy aficionado suyo», aseguraba en la fan zone habilitada ayer para hacer más amena la recta final de la espera de casi cinco años. «Hay bastantes ganas después de tanto tiempo sin corridas de toros», reconocía. Él, a sus 17 años, la última vez que pisó la plaza «era muy pequeño».
Años que también han tenido que esperar los componentes de la banda de música de Ciudad Real. Jesús Almagro entre ellos. «Un día como este se prepara especialmente, a los pasodobles tienes que echarles un ratillo», reconocía entre risas antes de pasar a ocupar su espacio en la plaza, donde ayer también volvió Nuria Val. Ella estuvo en la última feria celebrada hasta ahora, la de 2019. «Espero ver una faena buena por parte de todos y un buen ambiente» que estaba garantizado en una plaza que volvó a respirar toros.