Una investigación elaborada por los historiadores del arte Juan Nicolau y Antonio José Díaz confirma que el autor del Transparente de la catedral de Toledo, Narciso Tomé, fue también el creador del retablo de la Trinidad del convento de Carmelitas Descalzas de San José, en Malagón. Hasta la fecha, la obra había sido atribuida de forma errónea a Germán López, un ayudante de Tomé.
Los trabajos de ambos especialistas concluyen que «uno de los hombres más importantes del Barroco español y europeo», como lo define Nicolau, ideó una de las cimas escultóricas del siglo XVIII en España. Los expertos, estudiosos de los retablos barrocos, apuntan al periodo comprendido entre 1738 y 1739 como fecha de ejecución del altar. Los apuntes sobre la vida de Tomé muestran una laguna en estos años. «Parece que estaba sin hacer nada», cuenta Nicolau. Sin embargo, el arquitecto de la catedral primada trabajaba con su taller en el convento teresiano en aquellas fechas.
Tomé se sirvió de su hermano Andrés, también del aludido Germán López, y del escultor vallisoletano Pedro de Sierra, un artista casado con una toledana que pasaba algunas temporadas en la ciudad. «Era su principal discípulo», añade Nicolau. «Y, sin duda, lo ayuda».
Atribuyen a Narciso Tomé el retablo de Carmelitas de Malagón - Foto: Rueda VillaverdeLa presencia del vallisoletano en la creación del retablo de Malagón se concreta en una obra posterior que De Sierra firma. Se trata del retablo mayor de la parroquia de la Asunción de Rueda, cuya construcción se ultimaba. «Se decía que Pedro de Sierra copia en Rueda el Transparente de la catedral de Toledo; sin embargo, copia el retablo de Malagón», manifiesta Nicolau. El difunto profesor de la Universidad de Valladolid Juan José Martín González advirtió las similitudes entre el conjunto castellano y el trasaltar de la seo toledana. Las semejanzas, pese a todo, son aún más evidentes con la pieza que se custodia en la localidad ciudadrealeña. «Está directísimamente inspirada».
Ante la imposibilidad de consultar el archivo del cenobio, los expertos estudiaron otras fuentes. Se afanaron en «buscar protocolos y extraer datos de donde se pudiera», dice Díaz, quien loa una obra «de abigarrada composición y complejidad».
Nicolau se refiere al retablo de Carmelitas como «una colmena», resalta los 72 ángeles que integran la estructura y «que se salen por las paredes». El historiador alaba la calidad de una talla «súper exquisita» sobre la madera, de un trabajo minucioso que caracteriza este conjunto artístico. «Ha sido una cosa inesperada», dice Nicolau sobre el hallazgo. «Nos sorprendió cuando lo localizamos, que fue hace ya algunos años». El historiador atribuyó a Germán López la autoría del retablo cuatro décadas atrás. «Me equivoqué, como tantos otros», relata.
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Los resultados de la investigación se publicarán en el próximo número del Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología.