Nació en 1914, el mismo año en el que el mundo se empezó a estremecer por la Primera Guerra Mundial. Apenas tiene recuerdos de este conflicto bélico, que se prolongó hasta que cumplió los cinco años, pero sí de la Guerra Civil Española, cuando entonces tenía 22 años. Araceli Álvarez Roales-Nieto llegó al mundo un 11 de junio de 1914 y lo hizo en Torralba de Calatrava, donde vivió parte de su juventud. Años más tarde se trasladó a Almagro, donde tuvo a sus dos hijas, Araceli y Mari Luz, y donde vivió hasta hace apenas dos años, cuando una desafortunada caída la llevó a vivir a la residencia de mayores de Nuestra Señora de la Asunción, en Miguelturra, municipio que se ha convertido en su hogar.
El de Araceli ha sido un siglo de vida lleno de recuerdos, emociones y todo un sin fin de vivencias. Y la ocasión merecía celebrarlo con toda una gran fiesta. No faltó el cumpleaños feliz y el tradicional tirón de orejas, ni, por su puesto, el cariño de sus familiares. Ese que le dan cada día sus hijas, sus ocho nietos y los 11 biznietos por los que siente una gran predilección. Desborda simpatía y alegría por los cuatro costados, pero los recuerdos de esa guerra que desangró el país y la muerte de su marido, secretario del Ayuntamiento de Almagro y natural de Fuente el Fresno, le inundan los ojos de lágrimas. De eso ya han pasado muchos años, pero Araceli lo recuerda como si fuera ayer. Tiempos difíciles que marcaron la historia de España, pero también la suya. De los cuatro hermanos sólo vive ella. Los dos varones fallecieron en la Guerra Civil y su hermana lo hizo el año pasado, con 98 años, por lo que viene de familia «longeva», comenta mientras sonríe.
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