El Caserío viaja este viernes a Pontevedra, donde este sábado (19 horas) le espera el Cisne en un partido de la séptima jornada de la División de Honor Plata. El equipo que entrena Santi Urdiales se encuentra en un momento dulce de forma y de resultados, que ahora desea prolongar frente a otro conjunto que la pasada campaña ya disputó la fase de ascenso a la Liga Asobal.
Una visita, por lo tanto, muy dura para los jugadores del conjunto amarillo, que por segunda semana consecutiva viaja a tierras gallegas, pues el pasado domingo ganó en la pista del Novás.
Así lo confirma el pivote Jorge Romanillos, una de las incorporaciones del equipo para esta campaña y que califica el choque como «un reto ante un rival que la pasada campaña ya disputó la fase de ascenso». Para puntuar, Romanillos, avisa que tendrán que estar en el partido los 60 minutos, sin sufrir altibajos.
Para el jugador del Caserío, la clave será «la defensa» y frenar el uno contra uno de los gallegos. «Son auténticos kamikazes y nos van a llevar al límite en defensa. Si atrás estamos bien podremos correr y marcar goles fáciles, pero no va a ser nada fácil porque ellos tienen una gran plantilla», explicó el alcarreño, que confesó sentirse «muy feliz en el Caserío», donde ha encontrado dos compañeros en su posición, José Andrés Torres y Juan Lumbreras, que «me están ayudando mucho».
Todo ello antes de una semana con dos partidos en el Quijote Arena, el miércoles frente al Villa de Aranda en la Copa del Rey (20.15 horas) y el 1 de noviembre en Liga ante el Barça Atlètic (12 horas). A partir de ahí el equipo vivirá un pequeño parón, pues no volverá a jugar hasta el martes 12 de noviembre, cuando visitará al Agustinos Alicante.