El sector del transporte de viajeros y mercancías por carretera y autobuses urbanos está llamado a la huelga el próximo lunes, convocada por UGT y CCOO. En total, serán siete días repartidos en los meses de octubre (28), noviembre (1, 28 y 29) y diciembre (23), con un posible horizonte de huelga indefinida. Un paro que la patronal estaba intentando evitar en las últimas horas reuniéndose con diferentes sectores. Los sindicatos reclaman que los conductores de camiones y autobuses tengan coeficientes reductores de la edad de jubilación, optando al retiro sobre la base de los años cotizados, aunque para ello el Gobierno tendría que incluir esta profesión dentro de aquellas que se consideran 'penosas, peligrosas, tóxicas o insalubres'.
Además, las dos organizaciones demandan que se contemple por convenio una jubilación parcial con contrato de relevo, voluntaria para la persona conductora que pueda acumular de forma continuada el porcentaje de horas que tiene que trabajar y que, en su lugar, entre una persona joven. Esta sería una solución provisional hasta que se fueran acumulando coeficientes reductores.
Sin embargo, este paro no lo va a secundar la Plataforma Nacional en Defensa del Sector del Transporte, mayoritaria en la provincia de Ciudad Real, que no entiende por qué CCOO y UGT no han contado con su apoyo para conseguir que la huelga sea un éxito, según explicaba a este periódico su portavoz, José Ángel Carretero. «Estamos de acuerdo con la reivindicación, aunque no secundaremos el paro porque no se ha contado con nosotros», argumenta, y denuncia que desconocen si los términos que se están negociando beneficiarían solo a trabajadores asalariados o también a autónomos. «Queremos que lo que se acuerde sea para todos», afirmaba, recordando que esta era una de las demandas que ha defendido siempre este colectivo mientras «CCOO y UGT han estado callados hasta ahora».
En la actualidad, la edad de jubilación en el sector es de 65 años, y el objetivo es reducirla a los 60. En el fondo, como apunta Carretero, están las malas condiciones laborales y económicas de los conductores de camiones y autobuses, que impide que haya garantizado un relevo generacional con jóvenes que quieran ponerse al volante.