Querido Ernest:
Felicidades. Quitando el mensaje soez que lució en una pancarta del tendido 7 durante la corrida inaugural de San Isidro, tu campaña antitaurina se te ha vuelto en contra. La embestida que emprendiste durante las vísperas de la feria taurina más importante del mundo se ha convertido en la mayor operación de defensa de los mundo de los toros que ni el propio sector podría imaginar. Llevas cornada, lo siento. Manolete, Manolete... Estamos justo en el ecuador de la isidrada y el dato -que es lo que siempre mata al relato- es insuperable. De trece tardes que se han celebrado ya, incluida la de este viernes, en siete se ha colgado el cartel de no hay billetes. Con las cifras que ofrece cada día la propia empresa, la suma total de espectadores que han acudido a Las Ventas desde el 10 de mayo es de 276.707. A esto, hay que añadir el acumulado de la audiencia televisiva de los programas que incluyen el directo de la corrida. Valga como muestra la retransmisión de la corrida del 16 de mayo, con Castella, Manzanares y Tomás Rufo en el cartel, en la que Telemadrid reunió 313.000 espectadores únicos, con una audiencia media de 130.000 espectadores y el 12,5% de share, muy por encima de los registros que la cadena tiene habitualmente a esa hora. Por establecer una comparativa reciente. El cara a cara entre las candidatas al Parlamento Europeo emitido este miércoles en La Sexta, incluido en El Objetivo de Ana Pastor, se quedó en el 3,9% de share.
Esto se veía venir. Para calcular la respuesta que iba a tener la eliminación del Premio Nacional de Tauromquia no hacía falta ser Einstein. Solo la mirada obtusa de un ministro censor es incapaz de intuir la reacción que se iba a producir. Es de manual. El ataque contra la libertad individual de las personas, en cualquier sociedad donde la democracia aún permite ejercerla aunque sea con esfuerzo, obtiene siempre el efecto contrario al pretendido. Y así ha sido. El ministro Urtasun se ha ido directamente a la enfermería de los tristes; la de los que son incapaces de permitir que el de enfrente disfrute con lo que le guste. Es simple Ernest: si no te gusta algo, con no ir es suficiente. Si quieres cargártelo, te arriesgas a llevarte un revolcón.
El lleno en los tendidos es la derrota del ministro, mientras sus socios del PSOE se han puesto en postura cobardona. Bastante tienen. Como para mojarse con los toros. Ni si, ni no. Ahora no toca, punto. El tiempo terminará definiendo el futuro de la Fiesta. Es lo que piensan y lo que ha verbalizado el ministro Óscar Puente, que es el que está dispuesto a defender lo que sea de forma vehemente y altiva. Por eso, los taurinos, para los agoreros que dibujan un futuro oscuro, han de aprovechar la coyuntura. Las transformaciones han de realizarse no sólo en momentos de declive absoluto. Esos impulsos son incluso más duraderos cuando se toman en épocas boyantes. Si dentro del sector quieren ser algo más inteligentes que el ministro -no lo tienen muy difícil- están ante una oportunidad histórica de revitalizar desde dentro una Fiesta cuyo control entre unos pocos ha amenazado con exprimirla hasta acabar con la última gota. Lo de hoy y lo de mañana será un espejismo si los que controlan este negocio quieren seguir repartiéndose el pastel a costa de engañar al verdadero aficionado. Los oportunistas que se han sumado a la ola anti reaccionaria suman, pero no cuentan.