Laura Cabanes (Daimiel, 2006) ha sido a sus 18 años una de las últimas deportistas españolas en sacar su billete para los Juegos Olímpicos París 2024. Tras un año de cambios, de cambiar su Daimiel por Madrid, tuvo que sufrir al límite para entrar entre el reducido grupo de privilegiados olímpicos. Viviendo ya la experiencia desde la Villa Olímpica, muestra la frescura y positividad de la que se sabe que tiene un futuro brillante por delante.
Laura, toda una vida en Daimiel, ¿qué significa tu pueblo en tu vida?
Daimiel significa hogar. Es complicado expresar en palabras lo que ese pueblo representa en mí, pero creo que la palabra hogar lo define a la perfección. Es el lugar donde he crecido,me he conocido en muchos aspectos, tanto personal como deportivamente. Allí he podido experimentar lo que es la viday el deporte.
Lo que es el destino... la Piscina Climatizada de Daimiel se inauguró en 2006, el año en el que naciste. ¿Existiría la actual Laura sin esa piscina?
¡Desde luego que no existiría! Ni deportiva ni tampoco personalmente, porque es cierto que el deporte no solo nos brinda la oportunidad de estar activos físicamente, sino también nos permite desarrollar valores, aprender a gestionar el tiempo, las emociones y las prioridades de la vida. Sin la piscina de Daimiel, no sería la que soy, no hubiese conocido a tanta gente increíble que tengo la suerte de tener presente en mi vida y no hubiese podido tener todas las oportunidades que el deporte me está dando.
Tras toda la vida en tu casa, en tu piscina, das el salto estatemporada al Centro de Alto Rendimiento Deportivo de Madrid. ¿Qué cambia a nivel personal?
A nivel personal yo diría que es el cambio más grande que me ha supuesto. En el tema deportivo, la exigencia es mayor, pero el medio es el mismo de siempre. Al final, te vas a vivir con 16 años a la capital, sin mis padres y sin conocer a nadie de los compañeros que estarán a tu lado en los siguientes años.Creo que dar el paso fue la mejor decisión que pude tomar porque gracias a eso he podido aprender de mis errores, me he ido construyendo como persona y aunque todavía falta muchos pasos por dar y mucho por construir, sé que el camino es el correcto.
De Lorenzo Sobrino, tu técnico en Daimiel, a Rob Greenwood, el jefe en el CARD, ¿qué cambia a nivel deportivo?
Lo que cambia se ve reflejado en la experiencia y en los diferentes ámbitos donde se mueven. Lorenzo ha ido creciendo con el club, es un excelente entrenador que tiene que trabajar con muchas personas a la vez. Rob tiene más experiencia en el deporte, se ha visto en Juegos Olímpicos y trabaja con nueve personas en una piscina de 50 metros donde tienes casi todas las calles disponibles, que en el caso de Daimiel es en 25 metros con solo tres calles. Esto se nota mucho a la hora de poder especificar el trabajo que cada deportista necesita. Yo diría que la diferencia no es tanto por el entrenador, porque cada uno tiene sus métodos, sino en las instalaciones y servicios que tenemos a nuestra disposición en cada sitio.
Lorenzo decía antes de irte al CARD que lo normal era ir al Europeo de tu categoría, la júnior, pero se quedó corto. ¿Estaba en los planes clasificar a París cuando el año pasado estabas a 3 segundos de la mínima olímpica?
Sí que estaba en los planes, la preparación que hemos hecho durante toda esta temporada estaba dirigida hacia ese gran objetivo de los Juegos Olímpicos. Estaba lejos, pero el año pasado conseguimos rebajar mi tiempo en cinco segundos y quedaba la duda de si en otro año podían rebajarse esos tressegundos que me distanciaban de la mínima olímpica. Quizás era un reto un tanto ambicioso, pero había que intentarlo. He podido rebajar el tiempo dos segundos y medio y creo que todo el trabajo se ha visto reflejado en la marca. Está claro que el objetivo no era nada fácil y yo misma he tenido mis dudas, pero a la larga solo queda creer, pensar que lo puedes hacer, dar todo en los entrenamientos porque como se dice "las medallas se ganan en los entrenamientos y se recogen en los campeonatos".
Te presentabas en los Open Trials, el evento olímpico clasificatorio para los nadadores españoles, a poco más de un segundo de la mínima olímpica. Enorme actuación, pero te quedas a 60 centésimas, ¿qué pasa por tu cabezaen ese momento?
Fueron muchas las emociones, sabía que era joven y todavía quedaba una oportunidad más. Me dio un poco de bajón, pero también saqué fuerzas y aunque tampoco fue posible en el 200 estilos que disputaba más tarde, donde me quede a 80 centésimas, creo que el calor de la gente me ayudó a seguir adelante y a querer seguir trabajando por el sueño... que más tarde se cumpliría.
En el Europeo júnior, donde te tocaba estar por edad, tres medallas. Oro en 200m estilos, plata en 200m mariposa y bronce en 400m estilos. Pero el premio gordo fue la noticia de que estás repescada para los Juegos Olímpicos por invitación de la Federación Mundial de Natación. ¿Cómo recibes la noticia?
La noticia la recibí por mi entrenador Rob junto a los entrenadores y nadadores del Europeo después de recoger la medalla del 200 mariposa. Lo único que conseguí sacar en ese momento fueron lágrimas de emoción. La noticia me llenó el cuerpo de emociones que soy incapaz de expresar. Sentí una alegría inexplicable, unas ganas de seguir avanzando y una motivación que, a día de hoy, cada día va a más.
Antes de empezar la experiencia de los Juegos, toca Ceremonia de Inauguración por el río Sena. Un evento único en la historia. ¿Habéis estado? ¿Qué quieres disfrutar fuera de la competición?
Por desgracia no asistimos a la Ceremonia de Inauguración, venimos como equipo y hay personas centradas en una competición inminente. La Ceremonia dura muchas horas, se acumula cansancio, por lo que, aunque es una experiencia que me encantaría vivirla, es difícil de compaginar con el rendimiento deportivo. Eso sí, no descarto que una vez haya acabado de competir de una vuelta por la Villa Olímpica y por París para poder visitar los monumentos más emblemáticos de la ciudad.
Hoy debutas en París y nadas los 100 metros mariposa. ¿Con qué te irías contenta de París?
Esta competición en mi caso la considero de experiencia. Es una competición donde hay muchos nervios y presión, por lo que tengo que aprender y a la vez disfrutar de los Juegos para poder crecer como deportista, para prepararme para otros campeonatos absolutos y, quien sabe, si los siguientes Juegos donde iría con unos objetivos mayores. A nivel deportivo,quiero poder luchar por entrar a la semifinal, mejorar el tiempo con el que me he clasificado.
Tras París, ¿a Daimiel? ¿Y qué esperamos del futuro?
Sí. Nada más volver de París iré directa a Daimiel, a casa, a estar con mis seres queridos, con todas las amistades que hace mucho que no veo. Empezaré las vacaciones y desconectaré, que también es muy importante. En un futuro, quién sabe, solo sé que voy a intentar mejorar todo lo posible en cada aspecto, luchar por los objetivos, por los sueños y no rendirme. Si con eso acompañan buenos resultados, estaré muy contenta de recibirlos. Eso sí, mientras lo haya intentado con todas las ganas y sea consciente de ello, estaré también contenta por ello.