La Denominación de Origen Protegida (DOP) Azafrán de La Mancha ha presentado este jueves los resultados de su campaña 2023, que han arrojado un total de 280,81 kilos producidos, la cosecha más baja de la última década.
Así lo han expuesto este jueves la presidenta de la Fundación Consejo Regulador Denominación de Origen (CRDO) Azafrán de La Mancha, Valentina Cabra, y el gerente de la misma, Pedro Pérez Juan, en una rueda de prensa en la que han alertado de que necesitan "ayuda urgente" para un cultivo que es "tan característico" de Castilla-La Mancha "no muera".
Cabra ha explicado que estos 280,81 kilos suponen "una bajada increíble" con respecto al año anterior, cuando se finalizó con 462,15 kilos, lo que implica una bajada del 40,24% con respecto a la cosecha del año 2022.
Para la presidenta de la Fundación CRDO Azafrán de La Mancha, este cultivo cuenta con "problemas estructurales" y el cambio climático "no ayuda", con altas temperaturas y una falta de agua que hace que el sector acuse más aún su situación.
Cabra ha indicado que, al margen de problemas coyunturales relativos al cambio climático, el cultivo del azafrán se enfrenta a tres problemas estructurales como son el estado sanitario de los bulbos, que "está muy dañado"; la mecanización, "que en este cultivo no existe"; y el relevo generacional, "que no termina de llegar".
"Desde el Patronato vamos a seguir trabajando dentro de nuestras posibilidades porque está afectando tanto a productores como a empresas, que no pueden llegar a cerrar negociaciones importantes porque no son capaces de suministrar el azafrán a lo largo del año y eso es muy grave", ha manifestado Valentina Cabra.
Por todo ello, ha reiterado que si se continúa con esta tendencia a la baja va a ser "muy difícil" que el Consejo Regulador siga vivo, ya que se mantiene de las cuotas de sus asociados y la situación ya ha provocado que se hayan tenido que "reducir al mínimo" las actividades de promoción de la marca de calidad.
De su lado, Pedro M. Pérez Juan ha explicado que este año únicamente se han producido 93 hectáreas de cultivo y, además, en cuanto al rendimiento hay "una caída bestial" que se viene acentuando desde el año 2014, cuando se produjeron 9 kilos por hectárea frente a los tres de este año 2023.
AYUDA URGENTE
En cuanto a la ayuda que el cultivo necesita, Cabra y Pérez Juan han explicado que, más que cantidades de dinero concretas, lo que se necesita es crear las herramientas que el sector necesita por la "excepcionalidad" de este cultivo.
En este sentido, han explicado que, en cuanto a la sanidad vegetal, los cormos se ven afectados por hongos y virus, de manera que mientras que en otros cultivos como el olivo o la viña se ha trabajado en eliminar esos patógenos, en el caso del azafrán "no se ha hecho ningún trabajo" para paliar estas enfermedades que "afectan gravemente" a su desarrollo.
En este sentido, han comentado que en este año ha habido productores que han accedido a comprar bulbos en Holanda que tienen un certificado sanitario que da el Gobierno holandés y se ha visto que la respuesta "ha sido muy satisfactoria".
En lo que se refiere a la mecanización, ambos han explicado que esta "no existe". "No es cuestión de comprar una cosechadora, es que la máquina de recolección son prototipos que no están desarrollados y no existen máquinas de monda, que son los dos puntos fundamentales en los que hay que trabajar", ha comentado Pérez Juan.
En este punto, Valentina Cabra ha insistido en que lo necesario es desarrollar esas maquinarias "con concursos de empresas que puedan participar", ya que ese desarrollo es muy costoso para que lo puedan hacer los productores.
Finalmente, en cuanto al relevo generacional, Cabra ha apuntado que han mantenido reuniones con la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y en ellas la Administración les indicó que "van a dar más puntos a los jóvenes agricultores para animar al cultivo", ya que "para empezar a cultivar una hectárea el coste es importante".