El sueño americano

M. Sierra
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El cantante de Calzada Manu Ríos parte hoy para Boston donde ha firmado un contrato de 6 años con el productor Richy Peña

Manu Ríos posa, guitarra en mano, en su habitación de la vivienda familiar de Calzada de Calatrava. / - Foto: PABLO LORENTE

Para las 12.15 horas de hoy está programado el vuelo que llevará a Manu Ríos a Boston. La ficha roja de Parchís deja Calzada para iniciar allí una nueva etapa musical  junto al productor dominicano Richy Peña, ganador de Grammy latino al mejor  grupo de música urbana en 2010. No se va solo, sino acompañado de los suyos, su familia, que no ha dudado en dejar su vida en Calzada para empezar otra nueva al otro lado del charco, en el que dicen que es el país de los sueños.Manu prefiere no hablar del proyecto que le espera en América, solo adelanta que le va a permitir cantar sus propias canciones.  «Ahí dejo eso», bromea cuando La Tribuna intenta tirarle de la lengua sobre lo que allí le espera. Después aclara que prefiere esperar a que el sueño vaya tomando cuerpo. Por el momento solo puede decir que el contrato que se ha firmado es por seis años y que en un principio vivirán en Boston, en un loft que les han preparado, pero que la idea es trasladarse en unos meses a Miami.

Manu es un ejemplo claro de cómo una decisión, por pequeña que sea, le puede cambiar la vida a cualquiera. Ese momento se produjo en su caso cuando el niño apenas tenía ocho años. Y en ella tuvo que ver su madre, Manuela Fernández, peluquera de profesión. «Me llamaron a la peluquería desde la televisión autonómica preguntándome si conocía a algún niño que cantara bien y como no conocía a nadie les dije que, si les valía, mi hijo cantaba y bailaba. Y me dijeron que sí», explica. Fue el momento justo y el lugar adecuado, pues tras su intervención en el programa de Castilla-La Mancha Cantando en familia todo  lo demás vino  rodado.  Primero,  la grabación de otro programa musical de Televisión Española (Cántame como pasó) y después musicales de primer orden, como  Los miserables, Parchís y Don Pepito, todos ellos con muy buenos resultados en taquilla. Sabían que esto podía ser el principio de una prometedora carrera musical, pero ni se imaginaban que un día tendrían que trasladarse a Boston.

Manu debe este contrato a otra decisión, la que le llevó a colgar en youtube las versiones de sus cantantes favoritos, casi siempre acompañadas de vídeos caseros «que hemos ido perfeccionando», aclara con una sonrisa que siempre le acompaña. «Vi que mucha gente hacía versiones de grandes cantantes y decidí hacer mi propio vídeo (se estrenó con una versión de Catch me de Demi Lovato). Después la gente empezó a pedirme canciones y yo seguí grabando en base a lo que me pedían mis fans». Manulovers es el nombre que recibe este movimiento en la red, donde suma más de 16.000 seguidores, con vídeos de youtube con más de 200.000 visitas. Es el caso de  la versión que hizo de Euphoria,  la canción que ganó Eurovisión el pasado año. Aunque un vistazo rápido a la red deja claro que este calzadeño se siente especialmente atraído por los temas de Rihanna.

Manu Ríos con el equipaje que le acompaña en su aventura a Boston. /Manu Ríos con el equipaje que le acompaña en su aventura a Boston. / - Foto: PABLO LORENTE «Me llamó Adrián, que es un amigo que me lleva la página web, y me dijo que un productor americano había mandado un mensaje diciendo que estaban interesados en trabajar conmigo», explica Manu. Tras una conferencia vía Skype y una visita a Boston con la familia al completo, sus padres y su hermano mayor, se firmaba el inesperado contrato y la maquinaria de los sueños se ponía a funcionar, aunque a costa de algunos sacrificios. «Ellos pensaban que no estábamos dispuestos a irnos con nuestro hijo y les dejamos claro que o íbamos los cuatro o Manu no iba», aclara su madre, Manuela Rodríguez, que por primera vez en 34 años dejará de trabajar como peluquera en el pueblo. Para ella, América es una oportunidad que deben aprovechar tanto Manu, como cantante, como Josémi, su otro hijo.

Manuela habla de esta aventura con alegría, sabe que dejan mucho en Calzada pero entiende que la carrera de su hijo debe seguir evolucionando. Se alegra también por su marido, Julián Ríos, que hace dos años dejaba su trabajo como constructor para  dedicarse a su hijo, como su representante. «Al principio le costó mucho, porque él estaba acostumbrado a trabajar a diario y estar pendiente de ir y venir con Manu le resultaba extraño». Dice esto manteniendo las lágrimas. Después aclara que marcharse todos a Boston era la única opción. «La verdad es que no podíamos seguir como hasta ahora, viajando de media a Madrid tres días por semana, y a veces semanas enteras. Es muy duro estar pendiente siempre de la carretera».Recuerda los esfuerzos que ha supuesto para Manu cumplir este sueño. Durante su intervención en Los Miserables, relata ahora de manera anecdótica cómo su marido tenía que ir a recoger al niño al colegio y marcharse a Madrid. «Si le tocaba la función de la tarde, volvían a la 01.00 horas, si le tocaba la función de la noche, no llegaban hasta las 04.00 o las 05.00 horas, así que su hermano y yo nos sentábamos en el sofá a esperar que llegaran». Eso no desanimó al pequeño, que no dudó en seguir aceptando cada papel que le ofrecían, hasta la llegada de este contrato, del que él espera, básicamente, que le permita «seguir disfrutando cuando canto». A sus 14 años tienen claro que a veces las cosas no salen como uno quiero, por eso él tiene «un plan B», estudiar en Estados Unidos Comunicación audiovisual, su otra gran pasión.   

Ocho maletas conforman el equipaje de la familia Ríos Fernández. En ellas solo cabe lo justo, y algún que otro recuerdo, como las fotos de sus amigos. «No puedo dejarme nada de eso porque ellos y mis fans son los que me recuerdan quien soy. No me imagino siendo una persona más conocida y renegando de donde vengo. Tengo muy claro que soy de Calzada y que soy de una familia humilde». A esos comienzos de los que habla pertenecen también la Escuela de Música Moderna de Ciudad Real y la escuela de baile Carmen Macareno, entre otros.

Se va hoy, pero posiblemente, vuelva en septiembre «si la discográfica y el canal Disney España llegan a un acuerdo para rodar una serie para la que le querían a él como protagonista».

En la tarde de ayer, con las maletas ya preparadas, Manu estuvo con los suyos, con sus amigos. «Me gustaría que consiguiera todo lo que desea», dice uno de ellos, Diego, aunque reconoce que se siente «especialmente triste». Se conocen desde la guardería «y hemos pasado tantas horas  juntos que no sé qué voy a hacer», comenta.

Lo mismo le ocurre a Yolanda, que fue mucho más clara y directa al reconocer que «decir adiós a Manu va a ser muy duro». Tal  vez por ello ayer no querían separarse de él. Ni él de ellos. Aún así, todos han sido testigos de cómo Manuel Ríos Fernández se ha esforzado por conseguir este sueño, por eso entienden que ahora siga adelante, aunque les duela.

Puestos a soñar con su amigo, al que ayer no le perdían el paso, aseguraron a La Tribuna que les gustaría verle triunfando como cantante y «recogiendo algún que otro premio Grammy», dice otra de sus amigas. Para que no les olviden, ellos le han metido en la maleta un montaje fotográfico. Y él les ha invitado a visitarle a Boston, «cuando ellos quieran», o tal vez a Miami, donde es posible que la familia viva.