La 'guerra comercial' que está librando el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que tiene en su punto de mira a Europa, así como muchos otros países, genera incertidumbre y preocupación en el mundo empresarial y en el agroalimentario de la provincia, que están a la expectativa ante los 'arrebatos' arancelarios del presidente americano.
El presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir), Carlos Marín, reconoció que «se están poniendo las cosas feas a nivel internacional» y que en el caso de que Trump pretenda gravar productos agroalimentarios como el vino, el aceite o la aceituna de mesa, tal y como ya ha expuesto en alguna ocasión, «hará un roto a Castilla-La Mancha», debido al peso que tiene el sector agroalimentario en la economía de la región.
Aseguró que Trump es «un vaquero de gatillo fácil» y expuso que el principal país perjudicado por la política de aranceles sería el propio Estados Unidos, si bien destacó la capacidad de vender y de buscar nuevos mercados de las empresas de la provincia, tal y como sucedió cuando se cerró el mercado ruso por su invasión a Ucrania. En este sentido, aseguró que, en caso de dificultad para desembarcar con nuestros productos en Estados Unidos, se buscarán «otros mercados».
Desde Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha se refirieron a los sucesivos cambios de opinión de Trump respecto a su política de aranceles, que si hace unos días iba a ir dirigida a productos agroalimentarios, actualmente se decanta más por el acero y el aluminio en el conjunto de Europa. Por esta razón, su director general, Juan Miguel del Real, afirmó que el sentimiento actual es de «incertidumbre, preocupación y prudencia», a la espera de que se concrete a qué productos afectarán o no los recargos de Estados Unidos.
En cualquier caso, Del Real vino a quitar hierro en lo que se refiere al impacto económico que tendrían en la región, ya que «no es el principal destino de exportación de vino». Apenas llega allí un 1% de lo que se produce en la región, unos 17 millones de litros, del total de 17 millones de hectolitros que salen de los viñedos de Castilla-La Mancha. De hecho, comentó que Estados Unidos es el noveno país en cuanto al volumen de vino que exporta la región y el séptimo en cuanto a facturación. No obstante, reconoció que es un mercado «con mucha capacidad de crecimiento y muy amplio». Por lo que respecta a la provincia de Ciudad Real, la exportación de vino en 2024 supuso una facturación de 13,8 millones de euros.
Por lo que respecta al aceite de oliva, desde Cooperativas Agroalimentarias indicaron que Estados Unidos es el quinto país de destino, si bien «no llega al 2% de exportación directa desde Castilla-La Mancha». Otra cosa es, expuso, las ventas que se hacen a través de Italia, el gran comprador de aceite ciudadrealeño, en cuyo caso la afectación sería mayor, sobre todo si los aranceles se imponen al conjunto de Europa y no solo a España. En el caso de la provincia, en el último año ha vendido aceite a Estados Unidos por importe de 1,4 millones de euros.
Del Real recordó que uno de los criterios de Trump era aplicar aranceles a los países a los que importaba más que exportaba y «no es el caso de España», donde «la balanza comercial es deficitaria con una diferencia de más de 10.000 millones de euros». Además, abogó por «buscar mercados» y afirmó que «diversificar los mercados es una fortaleza».