Con «sorpresa» desde el sindicato UGT y con «cautela» en la patronal Fecir se ha recibido el anuncio del Ministerio de Seguridad Social sobre las 'bajas flexibles'. Su titular indicó el viernes que propone un cambio en la incapacidad temporal, para abrir la vía a que los trabajadores tengan más «flexibilidad» a la hora de reincorporarse a su puesto de trabajo, haciéndolo de forma paulatina, por ejemplo, en un cáncer o en caso de una pluriactividad, que permita hacer ciertas labores, pero no otras. 

«Desde el sindicato UGT hacemos una valoración de sorpresa ante el anuncio», indicó a La Tribuna la secretaria provincial del sindicato, Alfonsi Álvarez. Recordó que «las incapacidades temporales no son absentismo», porque el absentismo se produce «cuando una persona no acude a trabajar de manera injustificada». En segundo lugar, señaló «el encaje jurídico que tiene este tipo de bajas por su ambigüedad y que es complicado adaptar en nuestra legislación laboral actual». La ugetista recordó que un empleado «no puede estar de alta y de baja a la misma vez». Por último, apuntó que desde su sindicato no permitirán «presiones a los trabajadores para que acudan enfermos a su puesto de trabajo», aunque resaltó que esperaran a que la ministra Elma Saiz explique los próximos días su propuesta como ha avanzado. 

También invitó a ver «la letra pequeña» el presidente de Fecir, Carlos Marín. «Puede que nos guste en algunos aspectos, pero con muchas reticencias y hay que ver cómo se termina plasmando», indicó, antes de afirmar que «todo lo que sea reducir costes en las bajas, que son un coste tremendo para las pymes, para las empresas y para los autónomos de este país es estupendo».

En cifras, hasta el pasado mes de junio, Ciudad Real es la séptima provincia con las bajas laborales de más duración. En concreto la media de los procesos es de 65,36 días, una semana más que al cierre del año pasado. Los datos de la Seguridad Social indican que han supuesto un coste de 47 millones de euros en los primeros seis meses del año, en los que se han indemnizado 1.248.320 jornadas laborales por estas bajas laborales. 

Marín apuntó que estos datos son una muestra de «los costes tremendos» que tienen para las empresas las incapacidades temporales, porque no es solo el pago de las mutuas, sino también las jornadas de formación a la persona que se sustituye, por ejemplo.