En Castilla-La Mancha, al igual que en el resto de España, el teletrabajo ha cambiado mucho en los últimos años. Antes de la pandemia de Covid-19, muy pocas personas trabajaban desde casa de manera regular, menos del 5%. Sin embargo, con la llegada del confinamiento, muchas empresas y empleados tuvieron que adaptarse rápidamente. Aunque con el tiempo las cifras han bajado desde los niveles más altos de la pandemia, cada vez más personas siguen optando por esta forma de trabajar.
Según el último informe Workmonitor de Randstad, los trabajadores han cambiado sus prioridades. En toda España, el 53% de los empleados afirma que dejaría su trabajo si no le permite disfrutar de su vida personal, y un 39,2% haría lo mismo si no se le ofrece flexibilidad.
En Castilla-La Mancha ocurre algo similar, con un creciente interés por trabajos que permitan una mejor conciliación entre la vida personal y laboral. De hecho, el 39% de los trabajadores estarían dispuestos a ganar menos si eso les asegurara una mejor calidad de vida. Sin embargo, hay diferencias entre provincias. En ciudades como Toledo y Guadalajara, donde hay más empresas y mejor conexión a internet, el teletrabajo es más habitual. En cambio, en zonas rurales, muchas personas han tenido más dificultades para adaptarse debido a la falta de infraestructura tecnológica y conexiones rápidas a internet en la mayoría de los casos.
La comunidad autónoma que más destaca es la Comunidad de Madrid, siendo la que más porcentaje tiene de teletrabajadores de forma ocasional o regular, con un 25,9%, seguido por Cataluña, con un 16,2%. El podio lo completa la Comunidad Valenciana, con un 14,4% y es seguida muy de cerca por el País Vasco (13,1%) y Galicia (12,4%).
En el lado opuesto de la estadística, La Rioja lidera en las comunidades autónomas con menos empleados que utilizan el teletrabajo con tan solo el 6,3% de la población activa. A la comunidad riojana le sigue Canarias con un 8,2% y Navarra con un 9%.
En Castilla-La Mancha, el teletrabajo ha sido más común en sectores como la educación, la administración pública y los servicios profesionales. Sin embargo, hay diferencias entre provincias. En ciudades como Toledo y Guadalajara, donde hay más empresas y mejor conexión a internet, el teletrabajo es más habitual. En cambio, en zonas rurales, muchas personas han tenido más dificultades para adaptarse debido a la falta de infraestructura tecnológica y conexiones rápidas a internet.
«Los nuevos modelos de trabajo híbridos se están consolidando en España y en el resto de los países desarrollados como consecuencia de la demanda de los empleados de implementar medidas que faciliten la conciliación entre la vida laboral y personal», señaló Oriol Mas, director general de Randstad Enterprise.
En conclusión, el teletrabajo en Castilla-La Mancha, como en el resto de España, ha pasado de ser una medida temporal a convertirse en una alternativa real para muchos trabajadores.
La flexibilidad y la conciliación entre el trabajo y la vida personal es, en muchos casos, una prioridad para gran parte de la población, y muchos están dispuestos a renunciar al trabajo por ello.