Los sueldos de los empleados municipales les cuestan a los ayuntamientos de la provincia tanto como lo que ingresan vía impuestos directos e indirectos. La partida de gastos de personal de las entidades locales de Ciudad Real sigue siendo la que más parte del presupuesto se come, año tras año, de las cuentas municipales que el Ministerio de Hacienda acaba de actualizar con las cifras presentadas el pasado año.
En total, los ayuntamientos ciudadrealeños destinaron más de 241 millones de euros a pagar nóminas: el 44% del dinero que manejan. Un nuevo récord, superando los 239 con los que se dieron por liquidados los presupuestos de 2023, empujados al alza también por factores como la subida del SMI. Se gasta en personal, por ejemplo, cinco veces más que en inversiones, con una quincena de localidades de la provincia que, de partida, tienen ya comprometido la mitad o más de su dinero para pagar sueldos. El que más, Malagón. Otra vez. El 60% de su presupuesto está reservado para los empleados locales, 4,2 millones de euros de una cuentas municipales que el año pasado contemplaban una previsión de gastos de casi siete millones. También superan ese umbral del 50% Aldea del Rey, Almedina, Arenas de San Juan, Argamasilla de Alba, Calzada de Calatrava, Campo de Criptana, Chillón, Horcajo de los Montes, Manzanares, Miguelturra, Navalpino, Santa Cruz de Mudela, La Solana, Tomelloso, Villahermosa, Villanueva de la Fuente, Villanueva de los Infantes y Villarta de San Juan.
En cifras absolutas, la entidad local que más gasta en sueldos es la más grande, la capital. Con las cifras del año pasado, 34,9 millones de euros, el 40% de la partida de gastos. Hace una década, el importe de las nóminas ascendía a 27,5 millones. El siguiente es Puertollano, con 22,6 millones, con Tomelloso rozando los 17,5 millones y Alcázar de San Juan, con 15,4.
El capítulo de gastos en sueldos es el principal quebradero de cabeza para los concejales de Hacienda, que tienen en la partida de gastos corrientes la otra vía de gasto en sus cuentas. Aquí se van los euros que son necesarios para el funcionamiento diario del municipio, como los que se destinan al mantenimiento de edificios e infraestructuras, suministros (agua, electricidad, telefonía), limpieza viaria, recogida de residuos, transporte público y contratación de servicios externos. El año pasado, casi 200 millones de euros. El capítulo de inversiones, el año pasado, superó por poco los 40 millones de euros, mientras que los pasivos financieros, el dinero que se dedica a pagar préstamos, llegaba a más de 13 millones.
Ingresos directos.
Partidas millonarias que pagan los ayuntamientos con los ingresos que manejan. ¿Dónde hacen caja los consistorios? Con los impuestos directos. Y cada vez más. Con las cifras del año pasado, los consistorios de la provincia pensaban ingresar más de 212 millones de euros. Un año antes, esa cantidad rozaba los 200 millones de euros y una década atrás, los impuestos directos dejaban en las arcas municipales unos 160 millones de euros. Los que más pagan, los vecinos de la capital. 36,9 millones. Los que menos, los de Cañada de Calatrava, algo más de 42.000 euros, aunque es Villar del Pozo el Ayuntamiento que más depende de esta partida para sus cuentas: el 76 por ciento de sus ingresos llega de lo que pagan sus vecinos por impuestos directos, como el IBI, el IAE o la plusvalía.
Cantidades a las que hay que sumar los impuestos indirectos, otros 18 millones para los consistorios; tasas, más de 110 millones; y las transferencias corrientes, el dinero que reciben las entidades locales de otras administraciones públicas, sin que tengan la necesidad de devolver y sin que haya una contraprestación directa. El año pasado, casi 170 millones de euros.