Mariana Asanin, con el corazón dividido

Eduardo Gómez
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La serbia, afincada en Ciudad Real desde 2019, fue jugadora profesional en su país, y será una aficionada más en el duelo del domingo entre España y el combinado nacional serbio

Mariana Asanin, con una bufanda y la bandera de Serbia, en el Quijote Arena. - Foto: Rueda Villaverde

Mariana Asanin (Kragujevac, 1983) asistirá como una aficionada más al encuentro que disputarán este domingo las selecciones nacionales de España y Serbia en el Quijote Arena (20 horas), partido clasificatorio para el Europeo.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ella es uno de los 8 serbios que estaban censados en la provincia de Ciudad Real en 2024 y tras 17 años en España no oculta tener el corazón dividido. «Me hace mucha ilusión que venga Serbia a jugar aquí, pero llevo tantos años en España y vivo aquí tan bien que no sé quién quiero que gane», confiesa.

Su vinculación con el balonmano es total. Siendo niña, en su localidad natal, comenzó a practicar balonmano, llegando a la máxima categoría de Serbia siendo portera del Radnicki. «Allí la educación física es muy importante y todos los niños van practicando los distintos deportes. Yo empecé en balonmano porque era muy torpe», bromea. ¿Por qué portera? «Porque era muy descoordinada, pero flexible», resume.

El problema es que el balonmano no daba para vivir y a los 25 años decidió aceptar una beca para realizar un máster en España, ya que era una buena estudiante. Traductora de profesión, aquí sigue, ahora casada y con dos hijas, la mayor de ellas jugadora en el Balonmano Pozuelo, club en el que Mariana ejerce como preparadora de porteras de la primera plantilla y entrenadora de categorías inferiores. 

Llegó a Ciudad Real en 2019 por cuestiones laborales de su marido, que es malagueño. «De aquí no conocíamos nada, pero queríamos algo entre Madrid y Málaga», aunque ya habían estado anteriormente viendo un partido del Balonmano Ciudad Real. «Era un equipazo, con mi paisano Sterbik en la portería», recuerda. 

«El balonmano a mí me ha servido mucho para integrarme, es un deporte que me encanta y me alegra que haya tantos equipos. Pero la rivalidad que hay aquí en España entre los equipos cercanos no pasa en Serbia entre conjuntos vecinos», explica. 

Asanin asegura que hay otras muchas diferencias entre el balonmano de Serbia y España. «El gen serbio en el deporte es muy competitivo. Allí se vive de forma muy pasional. El serbio no se rinde nunca y esa garra, esa sangre, ese fuego yo no lo veo en España. Pero el estilo de juego me gusta más el de España».

«Allí se entrena mucho más. Yo cuando era profesional entrenaba mañana y tarde, pero en España, en Liga Iberdrola, como mucho entrenan por la tarde y por la mañana algo de gimnasio. Además, allí hay mucha más disciplina ya desde niños. También me extraña mucho que aquí no suela haber una preparadora específica de porteras, cuando en Serbia es de lo más normal», relata.

En Ciudad Real retomó su vinculación con el balonmano de forma casual. «Me encontré con la gente del Caserío, que estaba vendiendo abonos. Me presenté y me invitaron a trabajar con los porteros de la base. Allí estuve tres años», relata. Posteriormente pasó al Balonmano Pozuelo, donde está viviendo su tercera temporada y con cuyas integrantes acudirá al encuentro España-Serbia, que promete grandes emociones en el Quijote Arena y en su caso, muchos recuerdos.